28 junio, 2010

El indulto, la suerte de varas y la prensa

El indulto de un toro de Núñez del Cuvillo en Algeciras vuelve a poner sobre el tapete ese asunto tan controvertido del perdón de la vida de los astados. El llamado Lanudo fue noble y duró mucho. Sin embargo, puedo afirmar que el animal no se picó. Se pueden ver las fotos. Hay una divisa, las banderillas (colocadas de forma muy deficiente) y no se aprecia puyazo en ninguna parte. El toro duró mucho porque, además de buena casta, no se picó porque el picador marró de forma voluntaria y Perera se llevó el toro al tiempo que solicitaba el cambio. Si un toro no cumple con unos mínimos en el tercio de varas no puede ser indultado.

Si se admiten este tipo de indultos, estamos en puertas de la desaparición de la suerte de varas. No creo que haya ningún aficionado de verdad que esté de acuerdo con abolirla. El indulto debe llegar como consecuencia de la bravura medida en todos tercios de la lidia. Ese concepto de que la bravura es la lucha permanente hasta el final es una de las muchas falacias que han propagado los ganaderos y taurinos en general. Nadie debe sorprenderse. El propio Álvaro Núñez del Cuvillo, en declaraciones posteriores, minimizó la importancia del caballo.

¿Y por qué se indultan estos toros que son tan buenos colaboradores de los toreros por su bondad y duración? Hay una evidente confabulación entre los ganaderos y los toreros, pero también es cierto que los públicos lo solicitan de forma enfervorizada. Son estos públicos modernos cuyos conocimientos taurinos son exiguos y que tampoco son capaces de realizar un examen de la lidia desde el prisma de buenos aficionados. Quiero salvar a un presidente tan malo como el de Algeciras, ya que negarse a la petición de la masa sólo puede acarrear problemas personales a quienes ocupan los palcos.

Los públicos incultos (en materia taurina) piden los indultos y se conceden con el argumento de que quien paga debe ser siempre contentado en sus peticiones. Esta afirmación es otra falacia. El que paga no tiene el derecho de tergiversar o manipular el espectáculo. No ocurre en ningún otro tipo de actividad. Por otra parte, los que gritan pidiendo arbitrariedades deberían ser contrarrestados por los que entienden de la materia.

Y este momento llega el papel de la prensa. Se supone que debería tener algún grado de influencia en la buena educación de los públicos. Sin embargo, cuando se lee o se escucha que el toro Lanudo fue una maravilla, que el indulto se veía venir desde que salió y cosas parecidas, se llega a la conclusión de que quienes deberían ser el motor para la formación de los públicos de toros tienen unos criterios erróneos, que posiblemente están amparados en razones más profundas que merecerían otro artículo más detallado. En definitiva, quienes asisten a las plazas están logrando que la suerte de varas sea un trámite, lo que conviene a ganaderos y toreros. Estos indultos son una lacra grave para el futuro de la Fiesta. Y de nuevo conviene recordar que el que paga no siempre tiene razón.
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18 junio, 2010

Rutinas y miserias de la Fiesta

En esta fase de incertidumbre que vive la fiesta con tantos frentes abiertos, la temporada sigue su curso inevitable con el miedo dentro del cuerpo de los empresarios. Aquellos que contaban con José Tomás han tragado saliva y han conformado los carteles de la mejor forma posible, aunque saben que los abonos sufrirán un bajón considerable. La manida crisis hará estragos en las taquillas, incluso el fútbol en televisión es un enemigo potencial para que las plazas se llenen.

En esta tesitura han comenzado a salir los carteles del verano. Algunas empresas lo han tenido claro y han colocado a las llamadas figuras en carteles rematados. Otras ferias se han completado con carteles de interés muy escaso. Es cierto que se han completado carteles muy vistosos. Hay fechas marcadas en el calendario. Sin embargo, cuando se analizan las combinaciones se aprecia una rutina conformista en la elaboración de los mismos que merece un análisis.

La Fiesta no premia a los triunfadores. En un rápido paseo por lo sucedido este año, además de los clásicos Juli, Morante, Castella o Manzanares, hay unos nombres que han dado un golpe de mano: Oliva Soto, Rafaelillo, Morenito de Aranda, José Luis Moreno, Salvador Cortés, Juan Bautista… Son toreros que han hecho un esfuerzo y que no tienen la recompensa de ver sus nombres en las ferias.

El fracaso no se paga. Es la conclusión a la que se llega cuando se observa que los fracasados de Sevilla y Madrid siguen en los mejores carteles. Hay un miedo cerval a la novedad. Alguien me decía hace poco, ¡vaya malos carteles los de los sanfermines! Es falso, son carteles diferentes que tienen novedades.

Los matadores que han triunfado en esta primera mitad de temporada apenas aparecen en las ferias. El único torero que ha abierto la puerta grande en Madrid apenas tiene contratos en los ciclos de prestigio. La Feria de Murcia es un ejemplo lamentable. Por supuesto no torean ni Moreno, ni Oliva Soto ni Bautista, pero sí lo hacen El Cordobés y Jesulín, que sólo tiene como aval que son populares. En Murcia ha funcionado el intercambio, basta ver sus carteles y los de Málaga, por ejemplo. ¿De qué le ha servido a Oliva su triunfo en Sevilla? ¿Qué beneficios ha tendido Juan Bautista después de salir por la Puerta Grande de Madrid? ¿y Moreno, dónde torea? Es la rutina de siempre. Entre otros, los empresarios son culpables de algunos de los males de la Fiesta y más ahora. Un caso diferente es el de El Cid, que siendo uno de los pocos toreros que han cortado oreja en Madrid tiene dificultades para torear en las ferias, como ha pasado en Gijón, Murcia o Málaga, donde torean espadas que acumulan los fracasos por docenas y le cierran el paso a este diestro de un palmarés sencillamente glorioso que no tienen la mayoría de quienes hoy se visten de luces.
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07 junio, 2010

Córdoba contra Córdoba

A la vuelta de Granada he tenido conocimiento de una noticia que me ha dejado paralizado durante algún tiempo. Resulta que el jurado encargado de elegir el ganador de trofeo Manolete, por sus actuaciones en la feria de Córdoba, ha decidido dejarlo desierto. En el comunicado se comenta que se han tenido en cuenta los méritos de José Luis Moreno, que hubo debate, pero que finalmente, por mayoría, se ha decidido dejarlo desierto.

Repuesto del impacto, admito que, aunque me sorprende, no me extraña esta decisión. Ya manifesté en un artículo anterior que “espero que este año no le hurten el trofeo Manolete”. Lo decía con cierta sorna, porque sabía que algo se podía perpetrar en su contra, aunque no me lo podía creer en serio. Algunos no quieren a José Luis Moreno en Córdoba. El pasado año, el trofeo Manolete se lo dieron a José Tomás en una decisión chapucera. Se lo robaron a Moreno. Y este año el atraco es aún mayor, porque el torero de Dos Torres no tenía ningún competidor.

Detrás de una decisión como ésta sólo puede haber unas razones mezquinas. Puede ser que el jurado piense que Moreno no tiene la distinción y la aureola que necesita un premio tan importante. Puede ser que el jurado no quiera que Moreno acapare todos los honores en detrimento de otros toreros más cercanos a la idiosincrasia de Córdoba. Podría ser que hayan considerado que Moreno falló con la espada su gran faena al sobrero de Torrestrella. Pienso mil cosas y no salgo de mi perplejidad. La realidad es que el torero ha sido víctima de un tirón choricero y su nombre no engrosará el palmarés del Manolete, al menos después de su paso por la feria de 2010.

Un paso por la Feria adornado con la obra maravillosa de la faena al toro de Álvaro Domecq y su triunfo claro y contundente en el mano a mano con Finito. Como es preciso que se conozcan los nombres de los culpables, hay que dejar constancia de que el jurado estaba formado por el concejal delegado de Feria y Festejos, Marcelino Ferrero, como presidente; el delegado de Hacienda, Alfonso Igualada, como vicepresidente; el matador de toros Fernando Tortosa; los subalternos Antonio de la Haba y Pepín Fernández; los aficionados Antonio Sanz y Aniceto Méndez; Fernando González Viñas y José María Montilla en representación de los medios de comunicación; el veterinario Vicente Pomares, y el empresario Andrés Mora. Leopoldo Tena actuó como secretario.

No soy nadie para proponer nada, pero me atrevo a realizar algunas propuestas. Quisiera saber si los periodistas taurinos de Córdoba están de acuerdo con la decisión del jurado (me consta que algunos ya se han pronunciado en contra). Si no lo están, les propongo que elaboren una nota de protesta conjunta y que le soliciten al Ayuntamiento la revocación del fallo por manifiestamente injusto. En última instancia, me gustaría saber que algunos miembros de este jurado han presentado de forma irrevocable su dimisión por la afrenta realizada al torero cordobés. También me gustaría saber qué opina del asunto el torero José María Montilla, representante de los medios de comunicación. Estamos ante uno de petardos más gloriosos que recuerdo en cuestiones de premios. Moreno no le cae bien a algunos cordobeses. En ninguna parte del mundo se humilla a un paisano como lo han hecho con este torero en su propia patria chica. Córdoba está en horas mínimas taurinas. Con este tipo de jurados la cosa no tiene arreglo y seguirá en decadencia. Ahora me explico muchas cosas. Córdoba contra Córdoba. Lo nunca visto.
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Cuando esto se acabe

La frase más repetida, la que sale de lo más profundo de nuestros corazones es, “cuando esto se acabe”. ¿Cómo será ese día de la vu...