José Tomás ha vuelto a
demostrar su enorme tirón taquillero en el primer festejo (y antepenúltimo) de
su temporada de 2012. Es una fuerza que se acrecienta si apenas torea tres
corridas en un año. Si su temporada fuera de 30 corridas, todo sería
distinto. En ese caso, sus corridas
dejarían de ser acontecimientos excepcionales. Seguro que llenaría las plazas,
pero el seguimiento se normalizaría. Sería la presencia de un torero de impacto
en una feria de provincias. Se dice que El Juli, torero fundamental de estos
tiempos, no llena las plazas, pero si sólo se anunciara en tres corridas, la
cosa sería diferente. Julián López anhela torear en muchas plazas, si le
contratan, dentro de la
normalidad. El Juli ha demostrado en Badajoz que, desde el
punto de vista taurino, puede competir cara a cara con Tomás.
Nadie duda de que José Tomás
sea un torero emocionante. En Badajoz ha mostrado menor condición física y una
tauromaquia que se mantiene fiel a sus principios. José Tomás es un torero enorme. Por eso mismo,
si es un torero enorme no se entiende su falta de compromiso con la Fiesta en
estos delicados momentos. José Tomas, por sí mismo y por lo supone de acicate
para sus compañeros, es necesario en muchas plazas. Es cierto que su contratación
no es fácil, pero también es verdad que las empresas ganan con su presencia.
Debe anunciarse en las ferias junto a los toreros que están dando la cara tarde
a tarde y frente a un ganado acorde para cada plaza.
La corrida de Badajoz fue de
plaza de segunda. Es lo normal y siempre ha ocurrido. Para poder torear toros
terciados en Badajoz, siempre fue preciso haber dado la cara antes en las
plazas de mayor entidad. Es decir, para poder lidiar reses propias de Badajoz hay que
torear antes toros serios en las plazas de primera.
En Badajoz se vivió una tarde
emotiva con un festejo propio de plaza de segunda. Pero a José Tomás hay que
exigirle algo más que tres corridas al año. Ha comprobado que hay toreros, como
El Juli, que pueden competir con él en el ruedo, así que lo que debe hacer es
enfrentarse a los mejores y para lidiar en cada plaza la corrida apropiada a la
categoría de la misma.
Sin conocer de nada al
torero, me parece que a Tomás no le gusta el circo mediático que se ha montado
en torno a su tarde en Badajoz. Tampoco creo que le agraden los comentarios
babosos de tantos aduladores (y aduladoras) buscando calificativos ridículos en
sus crónicas para tratar de halagarle. Este
año ya será imposible, pero su papel en la historia del toreo no puede quedar
supeditado a tres corridas al año.
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