28 abril, 2010

Caso José Tomás: La vanidad que no cesa

A propósito de la cornada sufrida por José Tomás en Aguascalientes se han producido algunas reacciones que no me han parecido afortunadas. Es una barbaridad que andemos poniendo en cuarentena los medios sanitarios de la enfermería, tanto como que un torero mexicano, Armillita, diga esa barbaridad de que en España se nos murió Paquirri. Es una sucesión de estupideces, muy propia por otra parte de dos circunstancias en las que nos hallamos inmersos. De un lado, la propia incultura del mundo de los toros. De otro, la voracidad informativa actual en todos los órdenes que también ha llegado al toreo.

La enfermería de Aguascalientes, según he podido indagar, estaba bien dotada, al menos como una enfermería normal de muchas plazas del mundo. No nos engañemos, una enfermería debe estar preparada para asistir heridas por asta de toro normales, pero hay otras, como las que afectan a cabeza, cavidad torácica y las que lesionan los grandes vasos, que sólo pueden tratarse en primera instancia en las enfermerías, para luego evacuar a los heridos a centros hospitalarios bien equipados. Lo hemos comprobado en las mejores enfermerías y con médicos bien formados. En la enfermería, ante heridas de gran calado, hay que estabilizar a los pacientes y llevarlos luego al hospital. Se ha hecho en Madrid, en Sevilla y en todas partes. José Tomás encontró una enfermería normal, un equipo médico formidable que lo estabilizó y tuvo el acierto de trasladarlo a un centro hospitalario. Si hubo nervios, es algo comprensible. El sentido profesional de estos cirujanos ha sido la clave para salvar a José Tomás. No vale hablar de Paquirri, cogido hace más de veinticinco años en un pueblo a muchos kilómetros de Córdoba. Por tanto, una enfermería normal, una cornada tremenda y un equipo médico experto. Hablar de otras cosas son ganas de enredar, de hablar sin saber lo ocurrido y de darle un tinte amarillento al asunto.

Lo del tinte amarillento es lo que viene después. En los momentos inmediatos a la cornada había un nerviosismo lógico en todos los que estaban cerca del torero, incluyendo, cosa lógica, a su padre. Se han dicho cosas que no se han pensado dos veces. Lo que no se debe es anteponer como asunto prioritario las supuestas deficiencias de una enfermería o de un sistema sanitario, precisamente cuando todos sabemos que ese sistema sanitario ha salvado la vida de José Tomás. No quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido si la cornada ocurre en alguna plaza de la geografía española, donde sí hay enfermerías del tercer mundo y los cirujanos no tienen experiencia en cornadas por asta de toros. Algunas informaciones que han hecho mucho hincapié, de manera sensacionalista, en las carencias de la enfermería han dado lugar a declaraciones como las de Armillita respecto a Paquirri. Es una sucesión de despropósitos. El mismo equipo de Tomás, con su médico y Boix, han dejado muy claro la competencia de los facultativos, que acertaron al llevárselo al hospital en el momento preciso. Ese detalle es el que hay que contar, pero como vivimos en un momento de competencia irracional entre los medios, como resulta que el toreo está en cuarentena y hay que publicar a toda pastilla todo lo sea llamativo, se habla de lo mal que estaba la enfermería en lugar de publicar la foto de los cirujanos, los verdaderos héroes de esta historia.

Otro tema es cómo gestionan estos asuntos matadores que llevan un equipo enorme de personas y que ganan millonadas y no se preocupan de comprobar cómo están las enfermerías.

Aquí todos nos hemos apuntado a salir a decir algo, lo que sea, porque hay que salir en los medios, aunque haya muchos kilómetros de distancia entre España y Aguascalientes. Es la vanidad que no cesa. ¿Tiempo para torear? Pues ya se verá. Depende de tantos factores que hacer pronósticos son ganas de elucubrar. Lo que debe congratularnos es que la persona se ha salvado, que el torero puede que toree de nuevo y lo demás son ganas de enredar para poner titulares escandalosos o salir en los medios como autoridad en el tema.
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com/

5 comentarios:

  1. Enhorabuena por este comentario. Totalmente de acuerdo, Csrlos.

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  2. ¡Sí señor! Bien dicho. En efecto, es lamentable que este suceso, es decir, la cornada al gran maestro Tomás, dé lugar a comentarios que, como Vd. ha sañalado, no fueron bien prospuestos primeramente en la cabeza (incluso el disparate desconsiderado de Armillita [no importa que lo haya hecho a la defensiva; eso estuvo muy mal]). Yo escuché en MadridDirecto la entrevista telefónica con centradas observaciones de Miguel Ángel Moncholi donde dice sin tapujos que la enfermería de la Plz Mnmntl. de Aguascalientes SÍ está dotado equipada --equipada para lo que se espera de un centro sanitario taurino para atender y tratar de estabilizar a los heridos, en particular, claro, los lesionados por asta de toro. No debe esperarse que ahí mismo se haga, digamos, ¡un trasplante de corazón o una neurocirgía! Por otra parte, creo que fue totalmente justificada la decisión de los altamente calificados y muy profesionales médicos --incluso, según entiendo, del que acompaña al diestro-- de operar preliminarmente sobre la cornada sin recurrir a anestesia general. Era cuestión urgente de estabilizar al paciente, de cohibir la profusa hemorragia. // Ciertamente, en muchos sentidos todo esto es un hilo de vanidad, de ignorancia y/o de estupidez. Me ha gustado mucho asimismo, el artículo que redactó al respecto Dn. Xavier González Fisher en Aldea de Tauro. Estos, como el de Vd. Sr. Crivell Sevilla, son los que equilibran con justicia y equidad contra tantas sandeces y conjeturas, incluso de medios 'profesionales'. Muchas gracias por su sabiduría y buen juicio. // PD: se me hizo gracioso que el reportaje de ayer de MadridDirecto anunciara el incidente de la corrida como ocurrida en Aguascalientes, "Colombia", tanto por el locutor como en la pantalla. :-)

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  3. Dr. Crivell: Por fin veo una opinión sensata en aquél lado del mar y es que Usted tiene la formación científica necesaria para entender lo que se tenía que hacer en este caso.

    No me va el hacerlo, pero como hidrocálido y aficionado a los toros, le agradezco que con sus manifestaciones deje claro que lo hecho por el Equipo Médico de la Plaza Monumental Aguascalientes era lo debido y que no era cuestión de instalaciones.

    Mis respetos desde Aguascalientes, México.

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  4. Totalmente de acuerdo. Todo sacado de quicio.¿No se daba cuenta el entorno del matador (padre incluido)que de ser ciertas sus afirmaciones, los culpables eran ellos, por desídia?.
    Me permito recomendar la entrada:Una Cornada(27/04),en mi blog "Paseillo de Lujo".

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  5. Qué gusto leer opiniones razonadas y competentes en la materia. Enhorabuena y gracias, Carlos.

    Este caso vuelve a poner de manifiesto el valor que ha ido adquiriendo la blogosfera taurina para conocer la mal-tratada verdad.

    Como bien dice Jorge, el artículo de Xavier González Fisher en La Aldea de Tauro rebosa serenidad y buen juicio (además de gran literatura).

    También me parece muy recomendable la opinión de El aficionado cansado:

    http://lacomunidad.elpais.com/el-aficionado-cansado/2010/4/27/-abuso-quietud-

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