25 marzo, 2019

La vuelta de Ureña



El sábado 16 de marzo se vivió en la plaza de Valencia una de esos momentos mágicos que solo el toreo puede proporcionar. Volver es sinónimo de vivir. Ha vuelto y lo ha hecho desde la tiniebla oscura de la incertidumbre sobre si la luz será de nuevo su meta, o si esa luz cegadora del Mediterráneo ya no le acompañaría nunca más. La vuelta de un torero que ha podido dejar su vida en la creación del arte es un acontecimiento. Es una noticia trascendente con mayúsculas por lo que tiene de fondo y de trasfondo. Esta vuelta no es la que sucede tras la rutina de un percance ordinario. Paco Ureña volvió a vestirse de torero, a pisar el albero, a sentir de nuevo la respiración del toro, es decir, que el torero de Lorca volvió a vivir sus sueños, a buscar la perfección de su toreo y a sentir que todo había valido la pena, por muy grande que haya sido esa pena de dejar en el camino la visión de un ojo.

Ni siquiera soy capaz de imaginar cómo se recibiría a otros artistas o deportistas en un caso parecido. El ejemplo reciente de Juan José Padilla le servirá a Paco para superar los muchos problemas que aparecerán en este nuevo tiempo de vida. Pero ese ejemplo del jerezano no debe conducir nunca a banalizar lo que supone que un torero se ponga de nuevo delante de un toro después de perder parte de la visión.  Esto no es normal, es algo extraordinario. La historia del toreo, por desgracia, nos demuestra que muchas carreras taurinas se quedaron apartadas en el olvido después de accidentes de esta envergadura. Paco Ureña no ha vuelto para cantar baladas o para pegarle patadas a un balón. Ha vuelto para jugar de nuevo con la muerte. Vuelve sin rencor, amando aún más al toro que tanto daño físico le ha hecho, dispuesto a entregar su corazón en aras de un arte que le dejado mermado, pero un arte al que también él mismo le ha dado días de gloria.

Se merece Paco Ureña un homenaje por su valor e integridad. Que tenga mucha suerte. Ya se comprobó el 16 de marzo en Valencia que vuelve para seguir poniendo su vida en juego. Ha vuelto el torero; ha vuelto un hombre que ama al toro y al toreo.

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13 marzo, 2019

Un discurso sin interlocutores


Hace poco tiempo he acudido de nuevo a Ronda para participar en la Bienal Internacional de Tauromaquia, un encuentro que se consolida en cada edición como un foro para el debate y el análisis sobre algunos aspectos interesantes de nuestra afición favorita. He tenido tiempo para observar con curiosidad a quienes han asistido a estas sesiones. En mis charlas con algunos de ellos he podido comprobar su enorme afición a los toros. Más de uno había llegado desde Francia o Portugal. Me han contado que tratan de acudir a todos los actos taurinos que están a su alcance. Pero he sentido una extraña sensación. Al final, saco la conclusión de que a las reuniones sobre el toreo van siempre las mismas personas, que naturalmente son ya muy aficionados. Son aficionados a los que no hay que hacer ningún esfuerzo para convencerlos de las maravillas de la fiesta de los toros.  

Es la realidad nuestra. Hablamos y escribimos para quienes ya son expertos en la materia. Creemos que nuestro discurso llegará a oídos y mentes alejadas de lo que significa el toreo, pero no es así, porque nuestros interlocutores son siempre los mismos. Y muchas veces, quizás porque lo hacemos muy mal, nuestras informaciones y opiniones no llegan ni siquiera a los que entienden y les gustan los toros, aunque esto ya es una cuestión de las preferencias o las adhesiones que cada uno tiene por un medio o por un informador. Nos leen y nos escuchan siempre las mismas personas, que son nuestros amigos o partidarios, pero no hemos conseguido atravesar la barrera para poder acercarnos a quienes necesitan de una palabra entendida que les encienda la luz de la verdad del toreo. 

La información y la divulgación de la tauromaquia están atrapadas en una espiral que no acaba de romper amarras para expandirse por confines donde haya nuevos aficionados en potencia. Se suceden los meritorios y necesarios actos taurinos por nuestra geografía a los que acuden toreros, ganaderos, aficionados y periodistas con la mejor voluntad, aunque el interlocutor sea siempre el mismo. Es un reto abrir todo este caudal de información y doctrina torera para que la absorban mentes que aún no disfrutan de la misma. Lo demás, lo que está pasando ahora mismo, no deja de ser algo que nos llena de tristeza. 

La mejor información en https://sevillatoro.es/


01 marzo, 2019

Más sobre Morante


Los toreros que componen el cartel del Domingo de Resurrección en Sevilla nunca se han anunciado juntos en la Maestranza, pero cuando uno mira el cartel parece que es el mismo de siempre. Es una buena combinación. Es más, como ya publicamos en su día solo cuatro toreros podían aspirar al paseíllo en tan solemne fecha. Uno de ellos, Morante, se ha quitado de forma voluntaria. 
 
Morante es un gran artista con una mente complicada. Es el gran representante del toreo sevillano en la actualidad, de forma que debería comportarse con Sevilla con absoluta entrega y máxima generosidad. Cuando se sumó al boicot a la Maestranza en los años funestos de 2014 y 2015, Morante comenzó a distanciarse de la plaza de toros sevillana. No le ha servido que algunos medios de comunicación muy influyentes en la capital andaluza se le hayan entregado a cambio de cuatro entrevistas. Esa afrenta a la ciudad y a sus aficionados sigue hoy día por el mismo camino. Un torero como Morante debe estar en Resurrección. Es lo que hacía Curro, que logró que esa fecha fuera conocida más como Domingo de Curro que como Domingo de Pascua.
 
El problema parece que era la televisión, aunque luego se ha comprobado que la admite a instancias de su apoderado. No le gusta al de La Puebla cómo se hacen los comentarios en los festejos televisados. Se dice que las corridas de Morante serán comentadas por periodistas que le gustan al torero. Espero que la cadena no acceda a estos caprichos y que no cambie a sus profesionales habituales para contentar al torero. Aunque lleva razón en algunos de sus criterios, no es de recibo que en el siglo XXI un torero se niegue a que sus actuaciones se ofrezcan en directo por un canal de pago exclusivamente taurino. La escuela nefasta de José Tomás ha tenido seguidores. 
 
Morante se equivoca al no hacer el paseíllo en la señalada fecha de Resurrección. Su sitio en esa fecha solemne del calendario sevillano es la plaza de toros de la Real Maestranza. Aunque ya antes hizo algo inconcebible como irse a torear en Málaga.
 
Todo lo que antecede lo firma un admirador del torero desde que lo vio por primera vez sin picadores, que lo ha defendido en múltiples cenáculos contra las voces que lo querían minimizar como torero o que lo querían minusvalorar en las contrataciones. Como soy tan morantista como el primero, proclamo mi indignación por su ausencia en esta fecha. Solo me queda una duda. ¿Será posible que ni a la empresa ni al torero les interesara su presencia en esta fecha? Nunca lo sabremos con seguridad.
 
Dicho lo cual, Morante debe espabilar porque el tiempo pasa y sus logros en Sevilla siguen siendo raquíticos. 

La mejor información taurina en https://sevillatoro.es/

Cuando esto se acabe

La frase más repetida, la que sale de lo más profundo de nuestros corazones es, “cuando esto se acabe”. ¿Cómo será ese día de la vu...