Todo lo que viene a continuación debe ser entendido en su justa medida. Diego Ventura es un rejoneador que ha llegado a figura del toreo a caballo gracias a su esfuerzo; Joaquín Moeckel es un abogado brillante que defiende a sus clientes hasta el límite de lo imposible, y la justicia…es la justicia, no vaya nadie a sentirse molesto si decimos lo que dijo en su día un alcalde de Jerez.
La justicia ha dado la razón a Diego Ventura, defendido por Moeckel, en su contencioso con la Junta de Andalucía. Resulta que Ventura estaba contratado en 2007 para torear en Conil en una plaza portátil. En el contrato, como hacen todos los empresarios con plazas de corto aforo, se ponía que los honorarios serían “a convenir”. Ventura ha toreado infinidad de festejo con esa cláusula tan inexpresiva, pero tan usada en el mundo de los toros. La prueba es que se comprometió con la empresa de Conil con ese detalle de “a convenir”, como lo hacía entonces en muchos de los espectáculos en los que participaba.
Pero a Ventura lo llamaron para torear en Granada para cubrir una sustitución con unos dineros que ya no eran “a convenir”, y tampoco la Maestranza granadina es la portátil de Conil, de forma que se fue a Granada, que es muy bella, y dejó a Conil, que también tiene sus cosas buenas. Es decir, que incumplió el contrato de Conil por su cuenta y riesgo. El empresario del pueblo costero gaditano se encontró con que Ventura se largaba a torear en otro sitio y se sintió engañado. La Junta multó a Ventura, Moeckel recurrió y fue ese detalle de “a convenir” lo que le ha servido para librarse de la sanción. Es decir, que si pone “a convenir”, viene a decir la justicia, es como si no existiera el contrato. Es decir, que multitud de contratos del pasado y del presente no sirven, porque si hay algo muy taurino en los contratos es la citada coletilla de “a convenir”. El pobre empresario de Conil hizo lo que hacen todas, incluso las más empingorotadas, pero lo ha pagado porque ese mismo día llamaron a Ventura para torearen otro sitio.
Una cosa es la justicia y otra la moralidad. Desde el punto de vista moral, esta sentencia que exculpa a Ventura es un atropello. Fue un incumplimiento de contrato en toda regla. Está claro que un buen abogado vale un imperio. Si esto sirve para eliminar para siempre ese detalle de “a convenir”, vale, pero me temo que no será así. A empresario de Conil que lo parta un rayo. La Junta ha hecho lo que debe, es decir tratar de sancionar a quien se marchó a otro sitio cuando había firmado torear en Conil. Ahora, lo que tiene que hacer la Junta es no permitir que se tramite ningún otro contrato donde diga que los honorarios serán “a convenir”.
La mejor información en http://www.sevillatoro.com/
Carlos, Feliz Año en primer lugar, y solo decirte que sobre esto, que se un poco, no siempre la Justicia ha impartido todo su magisterio, como tampoco el Derecho Laboral esta perfeccionado en su totalidad para evitar este tipo de contratos. Se puede decir, y tu lo has dicho muy bien, que la moralidad entra en juego. Hablaremos.
ResponderEliminarUn abrazo
Realmente la actitud de Ventura es un desprecio al publico de Coníl porque él bien sabe que en los contratos de los toreros siempre pone la frasecita de "a convenir" cuando tienen que fijar los honorarios. Esto es así porque esos contratos, según marca el actual R.T. andaluz, deben presentarse en la Delegación de Gobierno competente y a ningún torero le interesa que nadie conozca cuanto cobra.
ResponderEliminarAhora con esta sentencia la autoridad administrativa debe exigir que se reseñe la cantidad que cobra cada profesional.
Por otra parte decir sobre el Sr. Moeckel, defensor de tantas causas relacionadas con los toreros, que piense un poco más en el aficionado que quería ir a Coníl a ver a Ventura y éste los dejó plantados.
Con este ardid empleado en la defensa de Ventura tenemos otro ejemplo más de como se las gastan algunos taurinos, así que adelante con los faroles de que sean ellos los que manejen a su antojo este cotarro en Cultura, si ya vemos con lo que pasa en Gobernación, cuando se "culturicen" arrasan con el cuadro.
Se entiende que con el argumento esgrimido por Ventura para librarse de la multa, que éste presentó un contrato a la empresa organizadora del festejo de Coníl a sabiendas de su invalidez.
ResponderEliminarMétodos y actitudes cargados de tela de ética.
La cláusula de honorarios "a convenir" es y ha sido una artimaña para darle la vuelta al fisco a la hora de declarar ingresos, porque con ella, al margen de lo recibido, se puede informar lo que se quiera, a conveniencia del declarante.
ResponderEliminarEl problema de la sentencia es que va a destapar una "Caja de Pandora" por ese lado, el de las percepciones de los toreros. Y quizás el fisco ya no "trague" lo que le quieran manifestar como ingresos correspondientes a esas cláusulas "a convenir", que podrían por fin, terminar en el desuso, por ser en esencia, fraudulentas.
Saludos desde Aguascalientes, México.
Don Diego, de tan purista que nos queremos poner, nos pasamos un pelín. El sr Moeckel defiende a su cliente.
ResponderEliminarVamos a lo importante. Es una oportunidad buenísima para que la Administración deje de validar contrar con el "A Convenir" y por otras,y de paso, que los empresarios se vean obligados a pagar aquello que firman. Es decir, que terminar con la renegociación de los contraros, una vez el torero se ha jugado la vida. Usted firma,usted paga. Porque la renegociación provoca que se salven los presupuestos sin necesidad de trabajar. Es decir, sin necesidad de fomentar la afición, atender a los públicos adecuadamente...etc,etc.
Temo que la justicia tenga esta vez toda la razón. Al contrto le falta uno de los elementos esenciales (el precio) para que pueda considerarse perfeccionado. Y eso el abogado de Ventura lo sabe y lo dice bien. Otros comentarios han dado en la clave. Que el "a convenir" sea una cláusula chanchullo para luego tener libertad de maniobra en otros campos, no quita para que el contrato no se pueda considerar perfeccionado. Cuando una hace un trampa no sabe nunca luego por dónde le sale el tiro. Personalmente estoy de ayuntamiento, juntas, comunidades y demás administraciones sacamantecas hasta la coronilla. Que hagan bien las cosas.
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