Ramón Vila ha anunciado su retirada como cirujano jefe de la enfermería de la Maestranza. Lo ha hecho con ese estilo señorial que siempre le ha acompañado. Sus palabras en la comida de la entrega los trofeos Vila Arenas, instituidos en memoria de su padre, fueron las de un hombre entero, seguro, agradecido y convencido de que siempre había cumplido con su deber en el puesto de máxima responsabilidad médica de la plaza de Sevilla.
Ramón Vila es, incluso más que el médico de los toreros, un aficionado a los toros de los mejores. Esa conjunción de médico y buen aficionado le ha permitido tener unos conocimientos superiores de la lidia y de los profesionales. Si todo ello fuera poco, su talante con la Fiesta es el de un enamorado de todos los perfiles que la sostienen. Y, además, ha sabido entender que el hilo conductor entre lo que pasa en el ruedo y los aficionados son los medios de comunicación. El doctor Vila no se ha negado nunca a reflejar sus opiniones en todo lo referente a la Fiesta, bien porque hubiera tenido que atender a un herido, bien porque se le reclamaba una simple opinión como aficionado. Su lucha por mejorar las condiciones de las enfermerías es impagable. El toreo le debe un homenaje a nivel nacional en la ciudad de Sevilla.
Por circunstancias caprichosas se hizo muy famoso cuando Paquirri le llamó después de la cornada mortal de Pozoblanco. Su sapiencia y experiencia le han permitido afrontar cornadas muy complicadas con clarividencia. Por ejemplo, siempre entendió que en su burladero tenía que estar un cirujano vascular experto, algo que demuestra al tiempo su humildad y su sabiduría. Ese detalle ha salvado más de una vida.
El destino le tenía reservada dos desgracias en el ruedo maestrante de las que dejan huella profunda, ambas en el mismo año de 1992. Ramón no podrá olvidar nunca a Manolo Montoliú y a Ramón Soto Vargas. Dos cornadas en el corazón inviables por su tremenda magnitud, que asolaron a Ramón que siempre luchó por salvar vidas cuando era posible.
Se va pero no se va, por fortuna. Deja la jefatura pero seguirá con su equipo en el burladero. Que sea por mucho tiempo. Aunque no sea el jefe, su sucesor Octavio Mulet, cirujano enorme y aficionado de verdad, deberá entender que para muchos el referente seguirá siendo Ramón. Los toreros lo son siempre; un médico como Ramón Vila siempre será la referencia en materia de cirugía taurina. Creo que expreso el sentir de la Fiesta si proclamo mi admiración por este médico que tanto ha engrandecido al toreo.
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