Decíamos que la nota de Canorea podía no ser suficiente. No
lo ha sido. A los toreros se les ha pedido diálogo. No hay nada. Silencio, roto
por Manzanares porque su caso es el que menos se entiende. Es un torero mimado
en Sevilla; ha triunfado a lo grande en su plaza; una plaza en la que ha sido
contratado por la
empresa Pagés que le ha pagado lo convenido. El torero lo ha
dicho: la empresa Pagés
lo ha respetado. Pero José María se une a sus compañeros porque opina que otros
han sufrido la falta de respeto de esta empresa. Y por solidaridad con ellos
renuncia a Sevilla, aunque admite que le resulta doloroso. Suena a
justificación sin argumentos. Pero hay que aceptar que su salida a la palestra
es la primera opinión del grupo de los cinco toreros (me niego a llamarlos
figuras porque los cinco no lo son) con un intento de explicación. Supone, a efectos prácticos, la
declaración de los cinco. Ninguno va a torear este año en Sevilla. Si no lo
hace el que debería hacerlo, no lo harán los demás. Mientras, por ahí sigue la
rumorología aportando datos del origen de la rebelión, allá por tierras
mexicanas.
Hay que aclarar algunas cosas. La Real Maestranza no
se va a pronunciar. Es algo que sabemos quienes conocemos bien a la entidad. Han hablado
con la empresa, le han pedido que si podían que arreglaran el entuerto, pero
que la respaldan porque hay un acuerdo privado firmado.
La empresa ya sabe lo hay. Debe hacer unos carteles lo más
atractivos posibles. No hay otro camino. Con imaginación hay que confeccionar
unas combinaciones que lleven gente a la plaza. Es necesario bajar los precios de las
entradas, y por tanto del abono, para que la gente se ilusione con acudir al
coso.
Y pudiera ocurrir de esta Feria de 2014 surjan toreros
nuevos que pueden llenar de esperanzas al aficionado. Y puede ocurrir que
alguno de los disidentes se arrepienta de haberse sumado a este grupo.
Hay un detalle más. Quienes lo confunden todo piensan que
estar en contra de la postura de los toreros supone un apoyo incondicional a la empresa. Están muy
equivocados. Basta leer los textos de opinión de muchos críticos sevillanos,
que ahora no entienden la actitud de los toreros, pero que han sido duros y
exigentes con la empresa en muchos momentos. Se conoce que se habla con poco conocimiento
de causa. En la vorágine de las redes, siempre con el anonimato por soporte, se
han escrito verdaderas barbaridades. No merece la pena decir casi nada. Pero hay cosas que claman al cielo. Lo
primero es dar la cara.
Segundo , saber de lo que se está hablando. Tercero, no
difamar. La prensa sevillana es como todas, es decir que hay distintos tipos de
analistas y críticos, pero hay algo que no ocurre porque es imposible. Hablar
de callejones y comidas es un disparate. La prensa sevillana no entra nunca en el
callejón. Salvo la comida comunitaria de noviembre, se puede asegurar que no
hay comilonas. Ni en la presentación de los carteles invita ya la empresa, como hacía en su tiempo Diodoro Canorea ¡Hasta dónde pueden llegar las ganas de difamar desde la
oscuridad del anonimato!
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com
¿Que no se le ha faltado el respeto a Manzanares? Joder, !! qué tragaderas tiene el tío !!. El empresario lo puso como un trapo, y dice Manzanares, que a él no se le faltó el respeto. Pues muy bien.
ResponderEliminarEl comunicado es un despropósito. Como lo es, el decir, que si no se acude a una plaza por un problema con el empresario, es traicionar a la afición. Por esa regla de tres, ¿Hay que torear siempre, aunque sientas que te falten el respeto desde la empresa?¿Hay que tragar con todo?
La falta de respeto a la afición se la tiene la empresa, cuando pone piedras en el camino, para poder conseguir llevar los mejores carteles. La afición podría preguntarse, ¿Por qué Málaga es capaz de reunir a JT, Morante, Juli...un fin de semana, y Sevilla no? Por poner un ejemplo.
De todas formas, el debate que debe abrirse en Sevilla, es el siguiente, ¿Representa PAGÉS el estilo de industria taurina que queremos para la Tauromaquia en el Siglo XXI?¿Representa Pagés un modelo de industria capaz de crear en la sociedad un interés por la Fiesta de los toros?¿Es un modelo capaz de crear ingresos extraordinarios?¿Es un modelo capaz de crear sinergias con otras idustrias culturales?....Y aquí es donde debería mojarse todo el mundo. Y éste es el verdadero debate de fondo. Lo demás, es una riña de vecindad, que es en lo que está quedando el toreo. Pero no por Manzanares, sino por los que llevan gestionando la Tauromaquia hace décadas, que nunca se preocuparon de nada (salvo de hacer cartelitos) y que ha provocado la destaurinización de la sociedad.
A mí me gustaría que la prensa de Sevilla, se mojara en ésto. Y dijera si el modelo Pagés le gusta y lo apoya.
Esto que estamos viendo y leyendo por parte de muchos críticos sevillanos para mí no tiene valor alguno por la sencilla razón de que ninguno está libre de pecado, si entendemos por pecado “jugar con cartas marcadas” unos en contra de la empresa y otros a favor, a los primeros se le ve el “plumero”, a los segundos se le ve el “peloteo”.
ResponderEliminarY con esto está dicho todo…y si Don Morante no fuera sevillano, se justificaría por parte de algunos de igual manera. Y si Manzanares fuera sevillano se hablaría de la cartita como lo hace un tal José Luis Garrido Bustamante…son las cosas del periodismo “interesado en simpatías y en lo contrario” pues de esto sabe mucho el “comunicador retirado Garrido Bustamante”.
Emilio Peña
Me sonaba algo este señor que tiene por nombre José Luis y por apellido Garrido Bustamante. Después de mucho intento de recordar, llego al final a dar con el buen señor.
ResponderEliminarSe trata de un periodista sevillano que trabajo en Radio Nacional de España, COPE en su emisora de Sevilla y en televisiones locales de la ciudad de la Giralda. Es también escritor y tiene publicados un buen número de libros y como buen sevillano tiene un buen sentido del humor. Tanto es así que a veces roza la mala educación o quizás la educación mal entendida (posiblemente por no ser sevillano y no ser fanático de la derecha). Sobre la susodicha “educación” nos choca bastante cuando sabemos de su perfil religioso y está considerado como un buen representante de la Semana Santa sevillana, llegando a ser en 1990 Pregonero de la Semana Santa de Sevilla.
El 1 de julio de 2010 escribía en su blog “Doña María Teresa de la Vieja ha sosegado mi ánimo conturbando hoy uno de julio del año de gracia que estamos viviendo con la funesta noticia de la subida del IVA y el aumento de los costes de otros suministros básicos”. (Y a mí que esto me suena también a tiempos más cercanos).
Escribía también el ilustre periodista sevillano “Carmina Chacón, por ejemplo, esa monería de ministra de la que probablemente están enamorados todos los soldados a sus órdenes…”.
Continuaba el iluminado periodista “Igualmente leo que la subida del IVA costará de media a cada familia 350 euros más al año, o sea 58.235 de las antiguas pesetas, que supone cerca de 5000 pesetas al mes, en el consumo de bienes esenciales. Pero ya no me hago más preguntas. Decididamente el calor me afecta seriamente. Aunque sigue latiendo en mi ignorancia una interrogante supina: ¿Por qué NARICES el Gobierno para resolver sus torpezas en Economía tiene que castigarnos a los pensionistas?”. (Esto parece que también suena a tiempos muy cercanos).
Hay un comentarista que le escribe diciendo “Estoy de acuerdo en todo su comentario Sr AGUERRIDO BUSTAMANTE”.
Y le contesta D. José Luis Garrido Bustamante “¡Qué gracia! ¡Qué ingenio!. No se me había ocurrido. Seas quien seas, un abrazo fuerte”.
Y le responde el comentarista “Es la misma -gracia- y el mismo -ingenio- de llamar a María Teresa Fernández de la Vega (de la vieja). Un fuerte abrazo.
Así se demuestra como entiende algunos la educación, quizás el problema sea mió por no ser sevillano y no entender la “grasia” y por no ser fanático de la derecha.
Es curioso el paralelismo que hay entre el PSOE y el PP, los dos lo mismo “malos y embusteros”, pero para el Sr Garrido Bustamante unos mean en lata y no suena y otros lo hacen en lana y suena.
Enrique Castillo