La Feria de Málaga de 2014 es historia. El balance no es tan
afortunado como se podía esperar, pero hay algo más importante ante el futuro.
Se ha sembrado ilusión, el trabajo de la empresa Coso de Badajoz ha sido
brillante y se han sentado las bases para el futuro. Málaga ha despertado de
unos años en la penumbra. Queda mucho camino por delante, pero se puede afirmar
que la de 2014 ha
sido una Feria para la esperanza.
El anuncio de la actuación de José Tomás ha generado unas
expectativas olvidadas. La Feria era mucho más que el torero de Galapagar. Ha
habido mucha promoción para este ciclo. Cuando en los carteles no aparezca el
nombre del mítico torero es posible que las aguas vuelvan a su cauce. Este año
se ha triplicado de largo el número de abonados. ¿Qué ocurrirá si en el futuro
no torea Tomás en La Malagueta? Aunque el número de abonados baje, la
percepción actual es que el buen trabajo realizado debe rendir sus frutos. Las
entradas registradas este año han sido buenas en general.
Ha sido la Feria del buen toreo. No muy abundante, pero con
ejemplos de toreo grande del bueno, de esos que nunca se olvidan. En este
sentido, los nombres de Alejandro Talavante, Morante y José Tomás son los que
han logrado que la afición saboree el toreo bueno. Y eso de ver torear bien es
algo que no tiene precio.
Talavante se rompió en dos faenas de calidad. El torero
extremeño está en una nueva fase de su tauromaquia. Ahora es un matador de
temple, figura erguida, muñecas ligeras, sentimiento a flor de piel, es decir,
que su estilo es muy fácil de captar para los que lo presencian. Su tarde del miércoles fue un prodigio. Esta
guerra debe ganarla.
Morante tropezó con un inválido de Zalduendo el viernes,
protestado hasta el límite de que el palco fue abroncado, y el de La Puebla lo
toreó a placer en una obra maravillosa de buen gusto y cadencia. De la bronca
en la plaza se pasó al delirio. Morante es así. Se pidieron las dos orejas y
nadie se hubiera rasgado las vestiduras si se le conceden.
El suceso José Tomás
Y José Tomás. Su fuerza taquillera es algo que no tiene
comparación con la de ningún otro torero del escalafón. Tres corridas en un año
se antoja que es como un delito para quien es capaz de organizar un revuelo tan
grande antes de la corrida, pero sobre todo es lamentable para quien es capaz
de torear tan portentosamente como lo hizo el mítico torero. Se lució con el
capote, ya a la verónica, ya en los quites. Toreó de forma sublime al de
Victoriano del Río con la derecha, en los estatuarios, todo ceñido, por
detallar algo nuevo, tal vez algo menos erguido, pero con un mando y una
personalidad descomunal. Y al de Parladé lo rompió al natural. No se puede
torear más cerca y más despacio. Los de pecho para rematar las tandas surgieron
con una templanza conmovedora. Tomás redondeó una de sus mejores tardes de los
últimos años. Al verlo en la plaza, lejos de tragedias, tan seguro y confiado,
el aficionado se preguntaba a qué viene este despilfarro de un torero tan
grande solo en tres tardes en un año.
Se cortaron 12 orejas en la Feria. Al margen de las tres de
Tomás, la de Morante y la de Talavante, también lograron asear algún trofeo el
novillero Joaquín Galdós, los rejoneadores Hermoso de Mendoza y Leonardo
Hernández (dos orejas), y los matadores Antonio Ferrera, Javier Castaño, Miguel
Ángel Perera y José María Manzanares.
El ganado de la feria
Como en todas las ferias ha habito toros buenos aislados,
pero no ha habido ninguna corrida completa. Destacó uno de Victorino, alguno de
Victoriano del Rio y el de Parladé de Tomás. En general los toros estuvieron
bien presentados con la salvedad de los de Zalduendo del viernes, que después
de un reconocimiento accidentado logró lidiar algunos toros impropios de una
plaza de primera. Muy mal la autoridad en este festejo por permitir que
saltaran al ruedo reses sin trapío. En la plaza, las orejas concedidas
atendieron a las peticiones. A pesar de ello, el palco no sigue un criterio
firme a la hora de dar trofeos. Se supone que para cortar dos orejas en Málaga,
al menos, hay que matar bien. Es un tema que parece que no tiene solución. Así
no mejoran el nivel de categoría del coso. Siguen además, los viejos vicios de
esta plaza, como la presencia absurda de los Delegados de la autoridad en el
callejón en momentos en los que sobran y su ausencia cuando deben estar
presentes. Este asunto tampoco tiene visos de mejorar en La Malagueta.
Mala la corrida de Victorino, pésima la de Miura, discreta
la de Victoriano del Río, descastada la de Algarra, chica y floja la de
Zalduendo y buenos toros de Parladé y Victoriano en la de Tomás.
El novillero Galdós destacó en la novillada de apertura con
un encierro muy bien presentado de Fuente Rey. También Fernando Rey y Ginés
Marín interesaron al público.
Bien a secas Enrique Ponce; correcto Javier Castaño frente
al mejor toro de Victorino, heroico Ferrera ante la invalidez de la de Miura;
discretos El Juli y Perera; estético sin apreturas Manzanares; sin suerte Vega,
Jiménez Fortes y Escribano. Cumplidor El Cid. El mayor fracaso del ciclo fue el
de Javier Conde, algo que no cogió de sorpresa a casi nadie. No estuvo bien y
lo trataron con saña.
Entre los rejoneadores, el mejor fue Hermoso de Mendoza,
pero el detalle de torear junto a José Tomás le restó protagonismo. En la del
cierre, nivel discreto en toda la corrida y triunfo de Leonardo Hernández por
la emoción de su percance.
La cuadrilla de Castaño
Hubo excelentes cuadrillas. La de Javier Castaño con Marcos
Galán, David Adalid y Fernando Sánchez estuvo brillante con su matador y con
Ferrera en su corrida de Miura. Fue todo un espectáculo. Además, buenas
actuaciones de Raúl Adrada, José Antonio Carretero, Juan José Trujillo, Rafael
Rosa, Víctor Nieto, Emilio Fernández, Curro Javier y Luis Blázquez. A caballo
se llevó todos los honores Tito Sandoval. El tercio de varas está bajo mínimos
y pocos picadores han realizado bien la suerte.
Ha sido una Feria sin sangre. Es una gran noticia. En la
enfermería entró algún lidiador por golpes aislados pero no hubo cornadas. La
banda sigue en sus treces. Es otra batalla perdida. Toca muchas veces si causa
justificada. Por cierto, algunos pasodobles quedan desconocidos ante la
lentitud a la hora de interpretarlos. La Malagueta debe tener una banda más
ecuánime. Hay que insistir en su calidad, de ello nadie duda.
A pesar de todo, fue una buena Feria. La empresa ha
trabajado bien y el futuro puede ser mejor
que el pasado. Y, sobre todo, ha sido la feria del buen toreo. No es
fácil poder contar que tres toreros, Talavante, Morante y Tomás, han toreado de
forma sensacional.
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