La suspensión de la primera corrida de la Feria de Málaga no coge de sorpresa a quienes llevamos ya algunos años asistiendo a este ciclo. La subida de La Malagueta a la categoría de plaza de primera no ha sido entendida por quienes deben velar por la integridad de los espectáculos que en ella se celebran. El toro ha sido la asignatura pendiente de la empresa actual, que ha naufragado año tras año. Que se haya llegado a una suspensión era algo previsible, aunque en este caso hay matices que deben ser analizados.
Los veterinarios rechazaron un lote de toros de Rivera de Campocerrado. No hay nada que objetar. Son facultativos acreditados en el toro de lidia y su criterio debe ser respetado. Los expertos deben tener libertad a la hora de tomar decisiones. En este caso, la presidenta, Ana María Romero, ha respetado de forma escrupulosa y acertada el criterio de sus veterinarios, algo que en otras ocasiones ella misma, y otros compañeros de palco, no han hecho de la misma forma, amparada en la posibilidad que le da el Reglamento de tener la última palabra. Ahora merece el aplauso por algo que no ha hecho anteriormente. No vale atacar a los veterinarios ni presentar las fotos de los toros rechazados. Son especialistas y deben tener la consideración de todos.
La actitud de la empresa es incomprensible. Se puede admitir el enfado ante la situación, pero la obligación de una empresa es ofrecer el espectáculo siempre, porque la afición y la ciudad son prioritarias y no se les puede ocasionar semejante daño por un enfado o una actitud de soberbia persistente. El rechazo de los toros es una posibilidad que siempre debe ser tenida en cuanta, les pasa a todos los empresarios, pero se buscan otros toros y se dan las corridas, todo antes que llegar a una suspensión por una pertinaz cabezonería.
La imagen de Málaga con esta suspensión queda malparada. Ha sido noticia negativa en todo el mundo porque la empresa se ha enroscado y no ha querido presentar más toros, cuando en cien kilómetros a la redonda hay toros de sobra. Los empresarios están para dar corridas, como siempre ocurrió con los clásicos de toda la vida. Esta empresa se apunta un dato nada gratificante. Ha sido la primera que ha dejado sin toros a Málaga en un día de Feria. Nota negativa en un expediente por cabezonería. Ser empresario de toros es algo muy serio.
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com/
Carlos, te hago una pregunta: ¿Eso pasaría en Almería?
ResponderEliminarUn abrazo
Juan, nunca, porque Chopera, con todos sus defectos es un profesional del toro y presentaría otra corrida. Lo hablamos allí mismo la semana que viene. Un abrazo.
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