Entre las noticias de los
cambios de apoderamiento y la cercanía de las elecciones generales, ha pasado
desapercibida la nota emitida por la Asociación Nacional
de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE), que ha celebrado su tercer
congreso. En las conclusiones se introducen algunas sugerencias polémicas.
Abogan de forma abierta por la unificación de los Reglamentos Taurinos, debido
a que lo que ha ocurrido ha producido distintas disfunciones con la natural
inseguridad y confusión entre los profesionales y el público. Por mi parte poco
hay que objetar. Estoy de acuerdo con la unificación del Reglamento. Algunas
comunidades han actuado con marcada frivolidad a la hora de hacer su
Reglamento. Se pueden admitir algunos matices personales adaptados a cada
plaza, pero el Reglamento debe ser el mismo para toda España.
Lo más interesante de las
conclusiones es que proponen que existan dos tipos de puyas, de distinta
capacidad ofensiva, para que el propio matador elija la que debe usarse en
función de las condiciones físicas del toro. Y añaden que tanto en las plazas
de primera como en las de segunda el toro debe entrar dos veces al caballo. Es
un asunto digno de ser meditado que podría mejorar algunos aspectos de la lidia. A todo buen
aficionado le gustaría ver a algunos toros tomar dos puyazos en plazas de
segunda. De esa forma se calibraría de verdad la bravura y si se llega al
indulto el toro habrá entrado dos veces al caballo.
Las dudas surgen pronto. El
toro de nuestros días apenas resiste un puyazo mínimo por su escasa vitalidad.
Los toreros tratan de minimizar el tercio de varas y los picadores marran para
no hacer mucho daño. Este tercio es una verdadera pantomima en muchos cosos de
segunda. Es más, incluso en Sevilla y Madrid el tercio se convierte en puro
simulacro, cuando esas plazas deberían ser las primeras en mantener la
integridad de la lidia. Hay
matadores, el ejemplo de El Fandi es el más llamativo, que se atreven a pedir
el cambio antes de que el toro llegue al caballo a tomar la primera vara. Y el
presidente suele acceder con su pañuelo al cambio casi de inmediato, incluso
antes de que se haya consumado el puyazo.
Lo que tiene de bueno esta
propuesta de los presidentes de ANPTE se viene abajo por la realidad del toro y
de los toreros de nuestros días. No creo que el ganado actual aguante dos
puyazos normales ni siquiera con la vara de menor agresividad. Y a estos
presidentes de ANPTE se les recomendaría que enseñaran a los que presiden
corridas, para que no actúen como simples servidores de los espadas en lugar de
conducir el festejo para que resplandezca toda la verdad del toreo con su mayor
pureza e integridad. Me parece que esta propuesta de dos varas de picar y dos
puyazos por sistema es un simple alegato de buena voluntad que choca contra la
realidad actual de un toro mínimo de casta y fuerzas, eso sí lleno de nobleza
como nunca y capaz de embestir cien veces a la muleta de forma aborregada.
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com
O sea... que no hay que cambiar las actuales puyas, sino el toro.
ResponderEliminarY a ver si se toman en serio y con prontitud la imprescindible unificación de los Reglamentos.
Con las dos puyas volvemos cien años atras: la puya de invierno y la de verano.
ResponderEliminar¿Y porqué no recomiendan a los toreros que no den esos "monopuyazos" eternos?. O que no hagan la carioca permanentemente. O que saquen al toro del caballo de verdad y no lo dejen romperse de manera absoluta.O que baje el caballo de picar. O que se reduzca de verdad el peto y sea flexible. O que las puyas no se afilen como actualmente lo hacen los bisturí.O que de verdad quieran hacer la suerte de varas midiendo al toro. O... muchas más cosas
De acuerdo con la esencia de ambos comentarios. La suerte de varas está en decandencia y es porque no hay toro que picar. Es la realidad del tema.
ResponderEliminarNo me gusta censurar comentarios, pero en este blog me gustaría que los que escriban se identifiquen de forma clara y fidedigna, simplemente para saber por dónde andamos y con quién debatimos. Así que los seudónimos se evitarán. Internet es un fantástico medio, pero también es un lugar donde se habla sin dar la cara y eso no me parece recomendable.
ResponderEliminarRealmente me decepciona mucho que los que deben defender las esencias de la Fiesta, se acomoden a los criterios que le marcan los taurinos que han creado el toro mermado que no aguanta tres carreras para que llegue a la muleta entregado, sin emoción y nulo riesgo.
ResponderEliminarAsí le va a la tauromaquia que nos quieren imponer los manipuladores que viven de esto. Queden tranquilos porque los presidentes no molestaran un ápice para enderezar la muy torcida Fiesta.
Totalmente de acuerdo Diego. No veo a los presidentes en situación de exigir un toro íntegro y sin manipular
ResponderEliminarLamentablemente, vivimos en una país pendular en el que. al parecer, o todo es maravilloso o todo está rematamente mal. El problema afecta efectivamente a un gran sector de los informadores taurinos, pero basta echar una ojeada a los escritos y comentarios que acostumbran a aparecer en ciertos blogs para comprobar que afecta con mayor virulencia a un amplio grupo de aficionados “fundamentalistas”.
ResponderEliminarSe puede estar disconforme con muchas —muchísimas— de las cosas que acontecen en el mundo del toro y asimismo se puede estar en desacuerdo con las opiniones del Sr. Crivell, pero lo que no se puede es afirmar pura y llanamente, como hace EL CORTINAR, que la culpa de todos los desmanes “la tienen los periodistas” (!).
Tampoco estoy de acuerdo con DIEGO MARTÍNEZ cuando minimiza el “nulo riesgo” que a su juicio presenta el toro que se lidia hoy en día. ¡Que se lo pregunte a la larga lista de toreros que han visitado la enfermería a lo largo de la temporada!
Estando en esencia de acuerdo con todos los comentarios que aquí se han expuesto, pregunto a todos (Emilio, Diego, Garabito y Carlos): ¿Que hacemso con el peso del caballo?. Nadie ha dicho nada referente a un animal (el caballo), que también forma parte de la buena ejecución de una suerte de varas. Veámos fotos de los años 50 y 60, y nos explicaremos muchas cosas. Yo empiezo: ¿Sería correcto fijar el peso por debajo de los 650 kilos?.
ResponderEliminarUn saludo a todos.
Estoy con el Sr. Pérez@larcón. No niego, ni mucho menos, la importancia del tamaño y el peso de los caballos de picar e incluso recuerdo haber visto durante mi infancia la forma en que estos eran volteados por los “toritos” de entonces, aunque tengo la impresión de que si esto ocurría no se debía exclusivamente a la alzada de los caballos, sino también al depauperado estado físico que presentaban em muchas ocasiones.
ResponderEliminarY supongo que recordareis todos el inoportuno plante que propiciaron los picadores y banderilleros en el mes de mayo de 1992, a las pocas horas de la mortal cogida del inolvidable Manolo Montolíu en el ruedo maestrante, cuando se negaron a acatar el entonces reciente precepto reglamentario que limitaba el peso másximo de los caballos de picar. El tema se planteó en Sevilla, en Madrid y hasta en Barcelona, donde hubo de suspenderse el festejo anunciado para el 3 de mayo. ¿Y como terminó todo? Pues creo recordar que con una bajada de pantalones por parte de la Administración, aunque también se ha de reconocer que a partir de entonces no suelen verse los enormes percherones desde los que se venía ejecutando la antes gallarda suerte de picar.
Y los presidentes… sería mejor que, en lugar de inventarse nuevas puyas, dedicasen sus esfuerzos a exigir que se cumpla “el reglamento del lugar”.
Ante algunos comentarios fuera de lugar firmado por anónimos se ha establecido un control de los mismso. Lo siento. Algunos no saben escribir con su nombre por delante
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