Dicen que Julián anda enfadado. Es posible. Y que quiere
demostrar en los ruedos que es un torero necesario en todas las ferias. Nadie
lo duda. A estas alturas, El Juli es un matador bien definido. La faena de
Jerez al cuarto de Núñez del Cuvillo marca un más allá en su tauromaquia. Nunca
se sabrá si el toro fue muy bueno o es que la muleta del madrileño logró que
pareciera infinitamente mejor. O ambas cosas. Al principio, El Juli bajó mucho
la muleta para llevar obligado y toreado al animal en tandas por ambos pitones.
Crecido el torero, afianzado el de Cuvillo, la sinfonía prosiguió por cauces de
toreo cada vez más rotundo, porque rotundo fue la manera de recoger al toro
para ligar cada muletazo, la firmeza de plantas del diestro, el perfecto juego
de brazos y, por qué no decirlo, la prepotencia del toreo sobre la escena. Allí mandaba
El Juli. Faena de impresión para todos; para el más entendido y para el menos
docto en asuntos taurinos. El de Cuvillo, incierto y sin fijeza en los primeros
tercios, acabó embistiendo tanto que se llegó a pedir el indulto. El fino hace
estragos en el tendido jerezano. El mal presidente de esta plaza no picó el
anzuelo. El Juli esperó pero se percató de que no llegaría el perdón. Aseguró
con una estocada trasera y paseó las orejas y el rabo. Eran sus poderes. El
grito de que hay que contar con él en todas las plazas.
¿Necesita El Juli de estas actuaciones para afianzar su
sitio en el toreo? La Fiesta siempre está necesitada de tardes para el
recuerdo. Pero El Juli quiere levantar la voz y que le oigan. Tiene dos
escenarios. La plaza, por un lado. Pero eso mismo debe hacerlo es plazas donde
salga un toro de mayor presencia. Debe hacerlo en cosos de respeto. ¿Hay cosos
de respeto en España? Los hay. Madrid, Sevilla, Valencia, Bilbao, Pamplona,
Zaragoza, Córdoba, Málaga, Logroño y algunos más son de respeto. El otro
escenario, más enrevesado y confuso, es el de los despachos.
Dirá el torero que en algunos sitios no le han dejado
torear. Esa es otra cuestión. Los matadores están para torear. El Juli debe
recapacitar si ha merecido la pena su reacción ante las empresas. El el mundo del toro, tiene colgado el "sambenito" de que es poco taquillero por sí mismo. Sus
compañeros –Manzanares, Morante, El Fandi, Talavante – han seguido toreando.
Con Perera y Jiménez, ha sido el castigado. ¿Ha merecido la pena? ¿Cree que por
tardes como las de Jerez le van a levantar el castigo si no hay un giro en su
postura anterior? Lo debe pensar. Debe estar en las plazas, en todas, y con
muchas tardes como la de
Jerez , aunque si es posible con toros más serios para demostrar
sus poderes. Así podrá salir de su laberinto.
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com
¡Y porqué no va a ser posible estar con toros más serios?.Querer es poder.....con permiso del vallisoletano,claro.
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