La noticia fue la enorme polvareda que se hizo presente
durante la corrida del sábado. Los plásticos se quitaron justo al comienzo del
festejo y no se regó. Es un detalle que debe cuidarse en los próximos días.
Defraudó el encierro de Montealto, correcto de presencia,
astifinos, pero sólo dos con faenas aparentes, el primero y el tercero, y algo
del cuarto aunque con mucha sosería.
Era una tarde de oportunidades para jóvenes toreros. Ninguno
la aprovechó, aunque es cierto que el material fue distinto para cada uno.
Oliva Soto sorteó el bueno primero y estuvo airoso y acelerado en una
faena con detalles pintureros. Podía haber tocado pelo pero su puntillero
necesitó una infinidad de cachetazos para acabar con el de Montealto. Con el
cuarto, soso el toro, me pareció el torero algo rutinario y conformista.
Nazaré tuvo dos toros imposibles y realizó dos faenas muy
largas. Dejó retazos de su calidad, pero no tenía agua el pozo de sus enemigos
para extraer algo meritorio.
A Silveti se el fue vivo el tercero. Algún pase con cadencia
a cámara lenta, pero una labor que en conjunto no estuvo a la altura de un toro
más que posible. Con el sexto está justificado.
De nuevo fue un festejo de larga duración. Lidias premiosas,
faenas largas, presidentes sin ritmo, cuadrillas infames, todo contribuyó a un
espectáculo cansino y de difícil digestión incluso por los más empedernidos
aficionados.
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com
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