El presidente de la corrida de rejones ha sido ya elegido
por algunos como cabeza de turco. Que si le robó las orejas a los rejoneadores,
que si ha puesto muy caros los trofeos en la Maestranza, un cúmulo de titulares
a cual más absurdo. El presidente Fernando Fernández Figueroa cumplió a la perfección
su cometido. Si me apuran no debió autorizar a los caballeros tantas
banderillas cortas y alguna rosa de más, pero observó que no había petición
mayoritaria en ningún toro y no otorgó ninguna oreja. Así de sencillo.
Sin embargo, bueno es que haya actuado así. Sus compañeros
de tarea saben que uno de ellos exige peticiones mayoritarias para sacar el
pañuelo. Se han visto algunas orejas muy baratas en lo poco que llevamos de
temporada en Sevilla.
El festejo de rejones estuvo dominado por el frío, el
climático y el taurino. La plaza estaba como adormilada, tal vez tiritando, en
lugar de saltar de alegría por los contenidos del espectáculo. Aunque tampoco
sucedió nada del otro mundo.
Lo mejor lo firmó Ventura en el quinto con Nazarí y ese nuevo caballo
llamado Ordóñez. Estuvo vibrante, certero y dominador. De forma llamativa falló
en la muerte. También
muy interesantes las apariciones de Cheque y Pegaso en el primero que lidió,
donde no pudo llevar el clamor al tendido.
El caballero Cartagena estuvo tan correcto como insípido.
Abusó de los alardes (piruetas, subidas al estribo, balanceos) y no se lució en
el toreo a caballo. También abusó de los violines.
Leonardo tampoco rayó a buena altura, sobre todo con el
excelente sexto. Demasiados fallos al clavar banderillas. No anda fino este
año, al menos por lo visto.
Todo ello con una corrida que fue a menos pero muy noble en
conjunto. Y también con un piso de plaza muy suelto que dificultó la lidia. En fin, una de
rejones muy poco típica.
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario