La responsabilidad del presidente queda parcialmente salvada. El señor Fernández Rey propuso a los toreros que se guardara el silencio. Incluso tenía advertido al periodista Paco Gallardo para que estrenara la megafonía con el anuncio a los espectadores. La empresa fue advertida y no se pronunció. Es Morante quien dice que eso de un minuto de silencio puede traer mal bajío y que le da mucho “yuyu”. Castella dice que lo que diga el maestro.
El presidente debió salvar su imagen anunciando a la plaza que no había silencio porque se oponían los artistas. Si les advierte ese detalle a ambos quizás hubieran cambiado de opinión. Fernández Rey ha contado que fue Morante quien se opuso. Hay quien pide que lo diga. Se lo ha dicho a Paco Gallardo que ofrece esta noticia en primicia absoluta en portaltaurino.com. Este blog lo recogió el martes por la noche, como fácilmente puede apreciarse. No hay exclusiva de ABC ni nada que se le parezca.
El asunto es muy feo. Morante se ha equivocado. Paquirri merecía ese recuerdo. Tal vez lo que haya que proceder es a cambiar los mecanismos de estos silencios en la Maestranza. Si la autoridad lo cree oportuno, se debe guardar por encima de lo que opinen los espadas. Así se evitarían estos problemas, porque es evidente que ahora se asociará la negativa de Morante a su enfrentamiento con los Rivera tras el asunto de la medalla de las Bellas Artes. Como el asunto no tiene ya remedio, mejor es no moverlo mucho, porque verdaderamente apesta muy mal.
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