Ahora que es posible que aún quede tiempo por delante, antes de que los sesudos señores que conceden la Medalla de Oro de las Bellas Artes puedan nuevamente sembrar la polémica, que alguien vaya y les cuente que hay un torero llamado Pepín Martín Vázquez que puede lucir con todo merecimiento ese honor de ser considerado como un artista de los grandes.
Y que sea pronto, para que el torero nacido en la Resolana sevillana pueda recibirlo con todo honor y con todas su facultades. Si los señores encargados de dar las medallas no lo conocen ni saben nada de su trayectoria profesional, que es lo más probable, que alguien les explique quién fue Pepín, cómo conjuntó el toreo alegre con el valor sereno, cómo llevó el arte torero a su mejor expresión y cómo, para remate, dejó plasmada en una película, Currito de la Cruz, cómo se torea al natural.
Se entiende que los encargados de dirimir esta laboriosa cuestión de la Medalla de las Bellas Artes sean poco avezados en materia taurina. Por ello, bueno sería que alguien que lea estas líneas y cuyo de nivel de influencia sea el adecuado, les haga llevar la película, para luego explicarles que ese torero fue un prodigio de virtudes, clásico y estilista, pero también valiente. Cuajó faenas memorables y, especialmente en los años de su apogeo ocupó, lugar en la primera fila de los matadores de su tiempo. Pepín era la gracia, el aroma, la sevillanía, la pinturería torera, pero también el valor y la casta. Era el detalle y el destello - heredado de Chicuelo y Pepe Luis Vázquez y precursor del de Manolo González - pero también el pundonor, la arrogancia y la lidia total que iba desde el capote grácil a la armónica y florida muleta, que no estaba exenta ni de hondura ni de profundidad. Ese torero aún sigue entre nosotros y no estaría nada mal que los políticos tuvieran ese detalle de concederle algo que Pepín merece porque tiene a espuertas el ARTE.
Información taurina en http://www.sevillatoro.com
Cojonudo Carlos
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con usted Sr. Crivell.
ResponderEliminarEnhorabuena por este blog tan serio e interesante donde tan acertados comentarios firma.
Ya es hora de dar auténtico sentido a la medalla de las bellas artes, y el torerazo a quien usted propone bien que la merece. Ahí está "Currito de la Cruz" para quién quiera recrearse en su toreo.
Reciba un cordial saludo.
Antonio Luis
Una medalla que sería totalmente justa y merecida. Totalmente contigo, amigo Carlos.
ResponderEliminarUna vez más Carlos, me adhiero a tu certero comentario, y esperemos que las "lumbreras" del jurado valoren los méritos de unos...y otros.
ResponderEliminarUn abrazo
Totalmente de acuerdo. ¿Donde hay que firmar?
ResponderEliminarSin embargo, dudo que los integrantes del Jurado que ha de otorgar la medalla sepan que existió -y que afortunadamente sigue entre nosotros- un gran torero llamado Pepín Martín Vázquez (precedente directo, pese a los años transcurridos, de Morante de la Puebla).
Sería una desfachatez por parte de los encargados de otorgar esta distinción que Pepín se quedara sin ella. Claro que lo mejor no saben ni quien es.Por cierto que además de "Currito de la Cruz" hizo otra película, sería bueno que entre todos la pudiéramos localizar para poder ver una vez más al maestro.
ResponderEliminarEfectivamente, PEPÍN MARTÍN VÁZQUEZ rodó una segunda película. Se trata de EL TORERO, producción francesa que dirigió en 1954 un tal René Wheeler y en cuyo guión participó nada menos que Juan Antonio Bardem. Junto a Pepín —el protagonista— intervinieron los franceses Maurice Ronet y Danielle Darrieux y los españoles Juan Calvo y Silvia Morgan. En la película, muy inferior a Currito de la Cruz, se echa de menos al responsable de las escenas taurinas de Currito, el cámara José F. Aguayo, que había sido novillero en su juventud.
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