El Tato quiere torear otra vez; Víctor Puerto dice que tiene ofertas; Ortega Cano se arrastra para torear en Olivenza; Jesulín ya está anunciado en Vista Alegre. Esto debe estar relacionado con la crisis. Si el toreo tiene que soportar estas reapariciones, mal están las cosas. Sin embargo, no todas son iguales.
En su día expresamos nuestra opinión sobre Jesulín. Es (ha sido) un buen torero que ha mancillado su carrera con gestos y actitudes que le han reportado mucho dinero pero le han restado credibilidad torera. Se fue ignorado por las empresas y los públicos. Vuelve a torear para intentar rebañar lo que pueda. Dirá el de Ubrique, si El Cordobés (Díaz), que es infinitamente peor torero, subsiste y se gana su dinerillo, ¿por qué no me lo voy a llevar yo? Y vuelve. Nadie lo ha llamado, pero reaparece.
Poco que decir de Víctor Puerto, un torero cuya trayectoria es digna de un análisis detenido. Lo tuvo en su mano, pero se le escapó. Torea en Medellín y no deja ninguna ocasión para recordar que quiere hacer temporada en los cosos españoles. Está fuera de juego y su intento será baldío.
Lo de Ortega Cano produce pena, el último sentimiento que debe despertar un torero. En sus sueños piensa que está capacitado para volver a despedirse otra vez de los ruedos. Y no está para nada. Anda brujuleando para que lo pongan en Olivenza, donde no lo van a poner, evidentemente. Pero su lastimosa petición a cualquiera para que interceda con la empresa es lo que da pena. Y pensar que ha sido un torero enorme. Qué malos son los finales para algunos. Cada vez admiro más a Diego Puerta, retirado a los 39 años y figura del toreo.
El Tato quiere torear de nuevo. Se sabe desde octubre su intención de volver a vestirse de luces. Lo apoderará su amigo Litri. No debe ser muy amigo si lo anima en esta empresa. Es una mezcla entre Jesulín y Ortega. Su trayectoria está escrita con el toro duro. Tiene su sitio en la historia del toreo. Cuando se indaga y se pregunta por qué vuelve, dicen algunos que necesita pasta. También anda buscando ser telonero de Tomás en Olivenza. ¿No hay un amigo de verdad que le haga ver la realidad? Fue lo que fue, muy digno, pero su momento ha pasado. Es de locos. Me da pena, pero también me produce un respeto imponente.
Información taurina en http://www.sevillatoro.com/
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Ciertamente lo de Ortega Cano da lastima. Hasta que punto la mente humana se nubla para no ver lo que tienes delante. Es asombroso. Y lo del "circulo de amistades del maestro", cuasi de juzgado.
ResponderEliminarEstos cuatro toreros, no se dan cuenta que estándose en su casa pasaran a la historia del toreo como lo que han sido y con las dichosas reapariciones van a pasar con ¡¡LASTIMA!!
A mí sinceramente no me produce respeto, ni tristeza, más bien repugnancia por lo mediático. Volver a vestirse de torero para "trincar" debiera estar prohibido. Si te vas, te vas y punto. Si decides parar, podrás volver porque no te has ido. Pero insisto, volver abusando de amiguismos y de despachos y cerrar las puertas de quienes con más merecimiento y sobre todo, con más ganas, quieren estar ahí, me parece una injusticia.
ResponderEliminarLo peor de todo, es que para colmo, tendrán su público... en fin.
Saludos cordiales.