Espero la consagración definitiva de Borja Jiménez. Tengo mucha confianza en Daniel Luque. Sigo con la esperanza depositada en David Galván. Y muy poco más. Algunos se preguntarán qué se puede esperar de Pablo Aguado y Juan Ortega. Se puede esperar que realicen grandes faenas, que completen carteles de lujo, que se conviertan en la ilusión de muchos seguidores que los perseguirán por todas las plazas, siempre con la esperanza de presenciar una obra de arte.
Además hay toreros honestos que dan lo mejor de sí mismo cada tarde, pero que realmente no influyen en el devenir de una temporada. Así ocurre con Manuel Escribano, Miguel Ángel Perera, Román, Fernando Adrián, Tomás Rufo... De nuevo hay que mirar a los que van a tomar la alternativa en esta temporada. Lo hará Marco Pérez en Nimes; también Javier Zulueta en septiembre en Sevilla. Algunos jóvenes de poco tiempo de doctorado deben alzar la voz, como Samuel Navalón entre otros.
Y no se deben olvidar los novilleros que empiezan con nombres rotundos como El Mene, Aarón Palacio, Tomas Bastos, Julio Mendes o Julio Norte. Se diría que hay más futuro que presente. El año tiene abiertas muchas incógnitas, que ferias como Sevilla y Madrid deben despejar.