El mundo de los toros se agitó de forma violenta el pasado jueves, cuando se
conoció el comunicado de cinco de las máximas figuras del escalafón, según el
cual se negaban a torear en Sevilla mientras estuviera al frente de la misma la
empresa Pagés. Esta notificación fue enviada a la propiedad de la plaza, la Real
Maestranza de Caballería, y a los medios de comunicación. Esta nota, sin firma,
representaba a los diestros El Juli, Morante de la Puebla, José María
Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante. Según el mismo, la
decisión solo pretende que la plaza recupere su identidad y que se respete a los
toreros y a sus representantes.
Era el final de un contencioso que ya
había tenido otros escarceos previos entre la empresa Pagés y algunas de estas
figuras. Hay que remontarse al año 2012 cuando se formó el llamado G-10, que
agrupaba a los toreros más importantes del escalafón. Este grupo trató de
defender sus intereses ante las empresas y la televisión a través de la asesora
ASM. Aunque el G-10 fracasó, el grupo dejó claro que sus intereses trataban de
controlar el mundo de los toros, sobre todo a las empresas más influyentes. Ese
año, El Juli y Perera, ambos con apoderados independientes, no vinculados a
empresas, fueron los más castigados. Al final, los propios empresarios
denunciaron a ASM a través de su patronal ANOET y la desbandada fue general. Sin
embargo, la guerra estaba abierta.
Cuando la crisis
llegó
A esas alturas, la crisis económica había incidido de
forma brutal sobre la Fiesta. El número de espectadores bajó de forma notable,
lo mismo que el número de festejos. En Sevilla ya en la temporada de 2013 se
redujo el número de corridas y novilladas durante la temporada. Todos los
sectores eran conscientes de que era necesario bajar el precio de las entradas,
para lo cual era primordial disminuir los costes de la organización de los
espectáculos taurinos, que por otra parte se vieron grabados de manera
fulminante por los impuestos. Esta reducción de costes obligó a las empresas a
pagar menos a los ganaderos y a los toreros. También era de dominio público que
las entidades propietarias de las plazas debían reducir los ingresos por el
arrendamiento, algo bastante difícil y que sólo se ha cumplido en algunos cosos
como La Malagueta.
La patronal de los empresarios se ha quejado de forma
reiterada de la imposibilidad de hablar con las figuras del toreo. A otros
matadores se les bajó su cotización, pero el escollo eran los que están en la
cumbre y tiene mayor tirón taquillero, tales como Manzanares, El Juli, Morante y
otros. Las exigencias de estos diestros, ya por los emolumentos, por el tipo de
ganado, las fechas o la obligación de agruparse para torear juntos se
convirtieron en un caballo de batalla que los empresarios querían abordar.
Pasada la corrida del Domingo de Resurrección de Sevilla de este año 2013, uno
de los gerentes de la plaza, Ramón Valencia, además de recordar que habían
perdido 96.000 euros con el cartel de no hay billetes y Morante, El Juli y
Manzanares sobre el ruedo, dijo públicamente que "los toreros no se han dado
cuenta de la situación actual".
Sevilla bajó el número de espectáculos,
igual que otras plazas. El año 2013 fue malo sin paliativos para las empresas
taurinas. Los toreros que han firmado el comunicado actuaron en Sevilla de forma
ventajosa con varias contrataciones, algunas como la de Manzanares para lidiar
seis toros en solitario. A todos se les pagó de manera puntual. Incluso cuatro
de ellos fueron invitados, y aceptaron, a torear el festival del 12 de octubre a
beneficio de la Cruz Roja y el Banco de Alimentos, después del cual han recibido
una notificación detallada de los ingresos y los gastos, así como el destino de
los beneficios.
Las quejas de Canorea y Valencia
Y así se llegó a la rueda de prensa del 28 de noviembre en
Sevilla, en la que los dos gerentes, Eduardo Canorea y Ramón Valencia, volvieron
a insistir en la necesidad perentoria de bajar los costes para poder vender
entradas más baratas. Señalaron como responsables de la imposibilidad de bajar
los costes a las figuras, a quienes acusaron de no hablar con los empresarios
desde un año y medio atrás. Los argumentos volvieron a ser los ya conocidos.
Acusaron a los toreros de no bajar al ruedo de la realidad. Recordaron que no
quieren hablar con sus representantes, porque son toreros retirados que no
conocen a fondo el momento tan delicado que atraviesa la Fiesta. Las opiniones
de Ramón Valencia y Canorea se difundieron por todo el toreo de forma rápida y
profunda. Nada nuevo en el fondo, aunque siempre con las formas más expresivas
de Canorea.
De cualquier forma, en esta rueda de prensa no se ofendió a
ningún torero. La frase más llamativa fue la que hizo referencia a José Tomás,
de quien dijo Canorea que si quería llevarse la recaudación que se fuera a
torear a Senegal. En la misma, los empresarios sevillanos señalaron la necesidad
de que las entidades, ya sean públicas o privadas, se adapten a la realidad
actual en los arrendamientos de las plazas. Sin ninguna duda, era también un
mensaje para la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, que recibe
aproximadamente el 25% de todos los ingresos que genera la explotación de la
plaza.
A raíz de estas declaraciones se ha producido el comunicado de
los cinco toreros en el que se niegan a torear en Sevilla si deben ser
contratados por la Empresa Pagés. En un envite brutal, inesperado, un pulso
tremendo, que ha conmocionado al toreo. Ahí es nada. Las figuras que llenan las
plazas no quieren a la empresa Pagés al frente del coso.
Distintos escenarios
El órdago tiene ahora
distintos escenarios. De un lado la propiedad de la plaza, la Real Maestranza de
Caballería, que ha sido receptora del comunicado. Ya ha trascendido que no habrá
declaraciones públicas de esta entidad. Es algo previsible porque la Maestranza
no se manifiesta casi nunca en los medios. Se espera que haya un encuentro con
la empresa. Sería una sorpresa todo lo que no fuera el respaldo total a Pagés,
arrendataria del coso, que cumple de forma rigurosa con sus obligaciones con la
casa maestrante, y que tiene un contrato duradero por varios años. La empresa
Pagés ha cumplido 80 años al frente de la plaza de Sevilla. Si se produce este
respaldo maestrante, es probable que la empresa emita un comunicado público.
Los toreros que boicotean a la empresa Pagés se han propuesto no hablar,
de momento, de este tema. Tampoco sus representantes, aunque hay salvedades. El
apoderado de El Juli ha comentado a nivel privado que "es la respuesta a la
falta de respeto de la empresa para con los toreros". Ninguno ha dicho nada. Hay
casos llamativos, como el de Toño Matilla, apoderado de Manzanares y miembro de
la patronal de empresarios ANOET. Su postura es delicada. Se rumorea que sus
días junto a Manzanares pueden estar contados. Es más, se ha dicho que el
próximo apoderado del alicantino podría ser Rivera Ordóñez, actualmente retirado
de los ruedos.
Los empresarios sevillanos no quieren hacer ninguna
declaración pública de momento. A nivel privado han manifestado su tranquilidad
y han dejado claro que lo comentado en la rueda de prensa es algo que ya le
habían advertido en numerosas ocasiones a los toreros, insisten en que no hubo
ninguna ofensa personal y que pidieron diálogo con los interesados, no con sus
representantes que no se ponen en la actualidad el traje de luces.
En el
horizonte hay una reunión de ANOET donde es posible que se produzca alguna
reacción conjunta de los empresarios contra los toreros firmantes. Esta reunión
se producirá en pocos días y ahora parece una cita clave para conocer algo del
futuro. A nivel privado han sido muchos empresarios los que se han apresurado a
solidarizarse con Valencia y Canorea. Un respaldo oficial sería clave para lo
que puede ocurrir en el futuro. Sin embargo, no parece que todos los empresarios
estén dispuestos a tomar medidas coercitivas contra los toreros si no se levanta
el veto a Pagés. Alguno podría pescar en río revuelto y Sevilla es una plaza
apetecida por todos.
Pase lo que pase, este boicot de cinco toreros es
una noticia trascendental para el futuro de la Fiesta. Cuando se pedía unidad y
diálogo ante un futuro muy negro, llega este cisma. Nada podrá ser ya igual en
las relaciones entre estos matadores y la empresa de la plaza sevillana. No es
una buena noticia. En los próximos días pueden seguir surgiendo noticias.