Sevilla ha sido protagonista de dos noticias de gran
importancia cuando el año 2014 está a punto de finalizar. Así puede ser considerada la reunión de los distintos estamentos del toreo en La Venta de
Antequera el día 18 de diciembre, lo mismo que es llamativa la contratación de
Manzanares para el próximo abono sevillano. Ambas noticias merecen una
reflexión.
De la reunión del toreo se han dicho muchas cosas, algunas
acertadas y otras equivocadas. Pienso que las expectativas sobre este cónclave
se habían disparado de forma desorbitada, como si en ella se fueran a
solucionar todos los problemas del toreo, y luego la realidad ha sido decepcionante para muchos. Ni una cosa ni otra. La reunión era el comienzo de un
camino para tratar de organizar muchos aspectos del toreo que requieren una
atención especial. Era el punto de partida hacia un futuro más coherente. Se
escucharon propuestas, se van a crear comisiones de estudio y se elevarán las conclusiones a los
organismos correspondientes para su aplicación. Para quienes esperaban
resultados a corto plazo fue una desilusión comprobar que el camino es largo.
Lo evidente es que un amplio grupo de profesionales
acudieron a la cita, lo que indica que hay preocupación sobre la situación
actual de la fiesta. Ahora es tiempo de trabajo para organizar y darle forma a
las nuevas estructuras que necesita el espectáculo. De momento, lo más
inmediato, debe ser la culminación de un Reglamento taurino de ámbito estatal,
que de nada serviría si no se aplica en todo el territorio español.
En esta reunión sevillana no se hizo especial
hincapié en algo fundamental: en la crisis actual ocupa un lugar preferente la
propia crisis del toro, que aunque es más noble que nunca, es también muy poco
emocionante. Si no se vuelve a un toro más agresivo, el toreo no podrá recuperar su sitio entre los espectáculos del momento. No hay que olvidar que
la emoción solo llega cuando hay un toro íntegro y encastado frente a un torero
capacitado para lidiarlo. No sé si todos los ganaderos son conscientes de este
asunto.
Se ha criticado la ausencia de las figuras y de
los empresarios más fuertes del sector. Es necesario proclamar con satisfacción
que acudieron veteranos retirados de categoría incuestionable. De las figuras actuales, solo Miguel
Ángel Perera se presentó en la asamblea. Aunque solo hubiera sido por
cuestiones de imagen, la foto de El Juli, Morante y Manzanares hubiera supuesto
un respaldo esencial a la cita. Con relación a los empresarios más poderosos,
pues lo mismo. ¿Quiere decir esta ausencia que no quieren cambios porque les va
muy bien en la actualidad? No les va bien y se han quejado de forma expresiva, pero tengo la
impresión de huyen de algunos sectores del toreo, tales como picadores y
banderilleros, y la postura de ausentarse los ha dejado con poco respaldo.
Dirán que había empresarios de su grupo (Anoet), pero era un día para salir en
la foto.
Finalmente, hay que aconsejar a los organizadores que también citen a futuras reuniones a la prensa y a las organizaciones de aficionados,
porque todos son parte del entramado. Este asunto lo analizaremos con más
detenimiento en otra entrega.
Con relación al anuncio de la contratación de Manzanares, de
entrada hay que mostrar la natural satisfacción porque ello indica que este año
no habrá presión como grupo para expulsar a la empresa de Sevilla. Es decir, el
G-5 no existe. Ahora que cada uno haga lo que crea conveniente. Lo que parece
evidente es que a partir de ahora nada será igual, creo que siempre para mejor,
porque la empresa Pagés habrá aprendido la lección de que ya no valen las posturas
altaneras ni las palabras vejatorias. Tampoco habrá ya en Sevilla rebaja de los
honorarios pactados, algo que por otra parte suele ocurrir en muchas otras
plazas a las que los del G-5 no amenazaron.
También ha cambiado la política de
comunicación. Es verdad que se trataba de una buena noticia, pero con este
comunicado la empresa Pagés cambia de estrategia, porque es la primera vez que
anuncia la contratación de un torero para el abono. Y hablando de política de
comunicación, junto a la satisfacción porque lo haya comunicado, lo que no
parece razonable es que la nota llegara a las doce de la noche del día 23 de
diciembre. Es decir, que se le negó la noticia a la prensa escrita que cierra
sus ediciones a una hora normal con el agravante de que el día 25 no salen
periódicos a la calle. Razones habrá, supongo, pero como horario de comunicado
es malo sin paliativos.
A partir de ahora se espera que las otras figuras ausentes
en 2014 se definan respecto a su presencia en Sevilla. Si algunos consideran
que los motivos del boicot persisten, habría que recordar que ha habido
rectificación empresarial y que si estamos en un momento especial para el
futuro, en el que todos deben hacer un esfuerzo para que la fiesta no se hunda,
lo que deben hacer los toreros, siempre que ello no les suponga un
enorme deshonor, es torear en la Maestranza. La afición, la gran olvidada, se
lo agradecerá.
La mejor información taurina en www.sevillatoro.es