La decisión del consistorio
de Utrera tiene nuevas lecturas. Según el Ayuntamiento, la ordenanza trata de
proteger a los animales, algo en lo que todos estamos de acuerdo. Estos señores
no entienden ni lo que es el toro ni para lo que ha sido criado. Pero para
proteger a los animales no hay que negar la entrada a las plazas a los menores.
Mirándolo por otro lado. ¿Creen estos señores que si un menor de 7 años va a
los toros, naturalmente acompañado, se está fomentando el maltrato al animal?
Si así lo piensan deberían haber sido sinceros y rotundos. Deberían haber
prohibidos los toros en Utrera. Es evidente que al negar la entrada a los
menores lo que intentan es acabar con futuros aficionados, porque quien acude
de pequeño a los cosos suele ser de mayor un seguidor del toreo. Es una medida
que no tiene nada que ver con la protección, es sencillamente un medio para
disminuir el número de espectadores en las plazas. Se dice que se trata de
proteger a los menores. La afirmación causa sonrojo. Estos señores justifican
la pésima fama de los políticos con estas actitudes. Muchos políticos deberían
estar en busca y captura por su peligrosidad manifiesta.
En un alarde de cinismo
incalificable, el alcalde del Partido Andalucista, se recrea en los logros
taurinos de su Ayuntamiento. Ya he comentado que este señor nunca se
caracterizó por su defensa del toreo. Es más, no comprendo los motivos por los
que ha levantado la nueva plaza
de toros , aunque es posible que la tradición y la búsqueda de
votos hayan tenido algo que ver, pero ahora ya se ha desenmascarado por
completo. Sus cínicas explicaciones deben ser contestadas de inmediato por
algún dirigente de su partido (por cierto, qué pena de partido).
Del PSOE ya queda poco por
contar sobre su actitud ante la
fiesta. Ahí está su labor en Cataluña que lo dice todo. Es
una pena que algunos socialistas andaluces se hayan batido el cobre para
defender la tauromaquia cuando a nivel central se considera que no es prudente
significarse en la defensa del toreo. Ya se han acabado los disfraces.
Y lo del Partido Popular en
Utrera es de manicomio. Se abstuvieron en la votación, cuando lo que se podía
esperar de ellos era el voto en contra. De nada valen ahora las excusas y las
alegaciones que dicen que van a presentar, así como que su voto será contrario
en la fase definitiva. Qué oportunidad han perdido de estar en su sitio.
Es decir, en Utrera se ataca
a la Tauromaquia porque se impide que los menores la conozcan desde su más
tierna infancia. Si ello es así, si hay honestidad, que se quiten del pueblo
todos los símbolos taurinos, como ese monumento que versa sobre la condición de
la población como la cuna del toro bravo. O que retiren el toro del escudo de la ciudad.
Estas decisiones son
un ataque frontal al toreo. Como contraataque, propongo dos cosas. En primer
lugar una manifestación de niños jugando al toro dirigidos por los matadores de
toros de Utrera en un lugar emblemático de la ciudad. Por otro, que
en la primera corrida que se celebre en el nuevo coso de La Mulata, todos los
aficionados acudan con los menores de su familia. Si a los chavales no los
dejan entrar, allí no debe entrar nadie. Algo hay que hacer contra estos
politiquillos de tres al cuarto.