Esplá, Medalla de las Bellas Artes. Que le vayan dando a Pepín Martín Vázquez y a otros. Este año le tocaba a Esplá, era el oportunismo basado en la ignorancia, era la medalla ideal para esta camada de progresistas que ocupan la administración socialista. Después del petardo del año anterior, seguro que pensaron que al dársela a Esplá no habría debate. De hecho, seguro que no pasa lo mismo que el año pasado.
La carrera de Esplá está al alcance de cualquiera en las hemerotecas. Los buenos aficionados saben quién ha sido el alicantino, que tuvo en su momento al poeta que le cantó para su mayor gloria. Fue Joaquín Vidal, tan bueno para tantas cosas y tan dañino para otras, que un buen día, seguramente sin estar en su mejor momento, firmó una crónica que decía: “Esplá es el toreo”. Una barbaridad como tantas.
En lo que me concierne, y dando por sentado que es un galardón desprestigiado, entiendo y admito que se lo concedan a Esplá. No pasa nada. Esa tarde final en Madrid fue emocionante. Lo que me rebela es que haya toreros vivos muy grandes que no tengan el honor de poseer la Medalla de Oro de las Bellas Artes. Por cierto, que el toreo de Esplá no tiene nada de arte.
En este país de advenedizos e indocumentados, es muy natural que la ministra de Cultura, personaje que come del pesebre y de la que no se conoce ni un solo gesto de apoyo al toreo, le conceda la medalla a Esplá, torero enciclopédico, corto de arte y valor, paladín de una progresía que eleva a los altares las pamplinas e ignora la profundidad torera. Esplá, que atesora más categoría como hombre que como torero, tiene la oportunidad de hacer historia y devolver el galardón hasta que no lo tengan glorias vivas más importantes, como Pepín Martín Vázquez o Diego Puerta, por ejemplo.
El repaso de la carrera de Esplá es clarificante. Torero con tardes muy apreciadas en Las Ventas, fuera del coso madrileño apenas ha cuajado toros de verdad. En Sevilla, por ejemplo, no ha dado un pase bueno en su vida. Ha sabido vender bien su taurmaquia, más interesante lejos del toro que en la cara de las reses. Pero era una Medalla oportunista y la ministra ignorante se la ha concedido. Espero que la devuelva (es una simjple ilusión sin posibilidades), porque como persona Esplá me gusta. Como torero, nada de nada, aunque tiene mi mayor respeto igual que todos los que se visten de luces.