La Feria de Málaga de este año finalizó con el triunfo del
rejoneador Diego Ventura. El conjunto del ciclo malagueño ha sido pobre y
durante el mismo se han vivido situaciones muy injustas. La UTE de Fernando Puche no ha
podido culminar su gestión a lo grande. A ello hay que añadir la deficiente
actuación de la autoridad, culpable en muchas ocasiones de lo sucedido en la
Feria. En lo taurino, sólo hay que destacar
a Antonio Barrera, Manzanares, Ponce y a Salvador Vega. De las ganaderías, la
buena presencia de algunas corridas, como Guardiola y Pereda, pero no hubo
bravura. Destacaron algunos toros sueltos y hubo percances graves que tiñeron
de rojo esta Feria.
La empresa
Dejó los carteles en manos de
Javier Conde y, aunque sobre el papel había mimbres, la realidad es que era una
feria incompleta, con el detalle añadido, además de poco elegante, de que el
mismo empresario se colocó en dos carteles de lujo. La empresa ha presentado
corridas muy desiguales. Es verdad que subió la presentación de algunos
encierros, pero en los que actuaban las figuras el toro fue terciado para una
plaza de primera. No ha tenido muchos problemas de sustituciones. Se cayeron
Cayetano y Hermoso y no se contrató a nadie. Fue un error mayúsculo el anuncio
de tantas mixtas con rejoneadores y novilleros. No pintaba nada Rui Fernandes
en la del 18, tampoco Manuel Manzanares en la del 15, como era muy extraña la
forma de despedir a Jiménez Fortes en una nocturna casi clandestina. Lo de las
nocturnas es un atraco a mano armada para los aficionados que sacan el abono. Se
va la empresa sin poder cumplir su promesa de subir el nivel del toro, ya en su
presentación global, ya en su juego. Y la empresa ha permitido la desigualdad
de presencia de los encierros. También es culpable del pésimo juego de las
reses, porque muchas de ellas no tenían prestigio para lidiar en Málaga. Lo
barato es caro.
El ganado
Las corridas de los modestos
tuvieron hechuras de plaza de primera, mientras que en las que actuaban las
figuras eran corridas de plaza de segunda. Es una de las grandes injusticias de
la Feria. Especialmente
lamentable fue ver en la tarde del viernes la corrida de Sorando por la tarde
para Conde, Morante y el Juli, para dos horas después presenciar la salida
nocturna de los galafates de Los Recitales.
Estuvieron mal presentados,
en general y con algunas excepciones dentro de cada corrida, los toros de La Quinta, La Palmosilla, Juan Pedro,
Capea y Sorando. Fue buena de presencia la de Santiago Domecq. Excelentes las
de Guardiola, Peñajara, Pereda, Recitales y Montecillo, sólo que estas corridas
estaban destinadas a carteles de toreros de segundo nivel.
El juego del ganado fue
pésimo en general. Se salvó la corrida de Guardiola por algunos toros sueltos.
No fueron ni bravas ni encastadas las de Peñajara y Pereda. Chicos y deslucidos
los de La Quinta. Desastre
de La Palmosilla
y Capea, ésta muy mansa. La de Juan Pedro, muy manejable, según algunos incluso
buena, pero no es el toro que requiere la Fiesta actual para que vuelva la emoción. La Santiago Domecq, desfondada,
mientras que tampoco fue buen a la de Sorando. Los toros destacados de este
ciclo fueron Telito, primero de Guardiola que toreó Antonio Barrera el día 12
de agosto; Castañero, tercero de La
Quinta, que lidió Manzanares el día 15 de agosto; Madroñero,
de El Torero, lidiado como sobrero el día 16 de agosto por Rivera Ordóñez, y
Figurón, cuarto de Juan Pedro del día 17 lidiado por Ponce. Muy poca cosa.
Los toreros
Se cortaron 13 orejas con las
cuatro de Diego Ventura en la corrida final. El balance fue Manzanares, tres
orejas, Enrique Ponce, dos orejas; Antonio Barrera, una; Daniel Luque, una; El
Juli, una, y Salvador Vega, una. Se suman las cuatro de Ventura y están las 13
des esta larga Feria.
De estas orejas sobraron la
mitad. Manzanares se llevó una de regalo en su segunda tarde, lo mismo que la
segunda de Ponce. Orejas de poco valor para Luque y El Juli, mientras que los
trofeos de Barrera y Vega fueron logrados por actuaciones de mérito.
Manzanares es el triunfador
numérico y real de Málaga. Estuvo bien, aunque se sobrevaloró todo lo
realizado. Buen faena de Ponce a un
dulce Juan Pedro, no fue una labor completa y tampoco merecedora de dos orejas.
Cumplidores Luque y David Mora. Muy bien Antonio Barrera. El Juli, algo cansado
y rutinario. Entonado Salvador Vega. Fandiño, heroico con uno de Los Recitales.
Del resto, poca cosa. Detalles de oro puro de Morante. Javier Conde protagonizó
el petardo sonoro de la Feria.
Hubo heridos, como Víctor
Puerto, Fandiño, César Jiménez y los banderilleros Luis Miguel Collado y
Alejandro Escobar. De los novilleros, poca cosa. Jiménez Fortes estuvo
desdibujado en su despedida en la nocturna del sábado. En rejones, sólo Diego
Ventura.
La autoridad
Málaga ya es plaza de
primera, pero la realidad es bien distinta. El público no se comporta como tal,
pero no es culpable porque no está educado en materia taurina. Quieren música y
orejas y solo con estos aditivos disfrutan. Para que este público se eduque es
necesario que haya una autoridad que marque un camino con constancia y firmeza,
para que todos sepan cual es la línea de seriedad de una plaza con sello de
primera. Esa autoridad no existe. En los corrales se permiten toros
impresentables, se sortea a horas inadecuadas por los caprichos de los
taurinos, se está al servicio de triquiñuelas y se olvida al aficionado. En la
plaza se permiten actuaciones impropias de cosos serios y se dan orejas
absurdas con peticiones al límite. Un auténtico desastre que este año ha tenido
como protagonista negativo a Ildefonso Dell´Olmo, que ha cuajado una feria para pensar en dejar el
palco, porque probablemente está convencido de que lo ha hecho bien. Ana María
Romero ha estado a un nivel superior en este ciclo.
Entre los detalles
anecdóticos de la autoridad de esta plaza hay que consignar que algunos
delegados deambulan por el callejón a sus anchas hablando con los lidiadores y
advirtiéndoles sobre lances de la lidia. Alguno se coloca detrás de los
banderilleros en el burladero de la segunda suerte cuando tienen delante un
toro, al tiempo que les hablan. Es algo descabellado y nadie le dice nada.
Más detalles
Decíamos que la Feria ha sido mediocre. El
mal juego del ganado ha sido clave. Sin embargo, ha sido injusta. En los
festejos nocturnos se han soltado toros de presencia impresionante, lo que
unido a sus malas intenciones, ha condicionado que los más modestos se la hayan
tenido que jugar de forma admirable, pero de manera injusta cuando poco antes
habían sido lidiado novillotes por la
figuras. Está bien el toro bien presentado, pero para todos. La música no tiene
arreglo. Toca bien pero siempre y casi nunca con motivos. No tiene sentido ser
plaza de primera con una banda que lo ameniza todo. La afición y los propios
toreros la mandaron callar en varias ocasiones.