Las Colombinas de 2013 han
sido muy diferentes a las de 2012. Hace un año se consideró a esta feria como
una de las mejores de la temporada. A nadie se le escapa que la presencia de
José Tomás fue fundamental para el éxito del ciclo. Ausente el fenómeno, este
año se organizaron dos corridas de toros como base esencial de Colombinas, la
clásica de rejones y un festejo de promoción. Sólo asistí a las corridas de
toros. Y del triunfo de 2012 se ha pasado al fracaso de 2013. Es absurdo ponerle
paños calientes al análisis. El fracaso queda definido por el detalle de que no se ha llenado la
plaza en ninguna de las dos corridas y en el pobre ganado presentado. La empresa
también es culpable de la enorme decepción que ha sufrido la afición. Su
obligación era mantener la ilusión del público en un año difícil, pero los
resultados han sido tan malos que en lugar de sembrar lo que han hecho es
restar posibles aficionados para el futuro.
El centro de la polémica es
el ganado lidiado en el mano a mano entre El Juli y Manzanares. Todos tienen su
cuota de responsabilidad. Los de mayor culpabilidad son los toreros, porque
llevaron una novillada a Huelva. Pero había formas de frenar el atropello. El
ganadero se plegó a las exigencias de los toreros. La empresa miró a otro lado.
La autoridad fue un monigote ridículo en medio de tanta figura. Y al final, la
afición defraudada con una corrida impresentable. Se ha contado ya por activa y
pasiva. Solo la generosidad y la falta de criterio del público permitieron las
cinco orejas. En el colmo del atropello, esa gran figura llamada El Juli dejó
que lo sacaran a hombros por la Puerta Grande. Es decir, que llevó becerros,
anduvo mal con ellos, los mató de forma infame (eso sí muy pronto) y se fue a hombros saltándose el
Reglamento.
Se debieron ir al hotel a
pie. El petardo fue sonoro. La autoridad dice que le advirtió a El Juli que no era legal su salida. Es la prueba del caso que le hacen algunos toreros a la autoridad. Y el ejemplo de lo poco que mandan algunos. Y después de la corrida han surgido las
declaraciones que dejan en mala posición a los protagonistas. Tanto El Juli
como Manzanares hicieron comentarios en Twitter en los que en lugar de
disculparse se mostraban ufanos y contentos. Y al final, como aperitivo, quedan
las justificaciones de la autoridad y de la empresa.
La empresa se justifica de
forma absurda sin ningún argumento de consistencia. Nada de lo que comentan
puede paliar el desastre. Y al final, el presidente, llamado Juan León, que
como casi todos los presidentes en Andalucía es una mera comparsa, dice que la
corrida de Cuvillo tenía mucha cara. En fin, cara, lo que se dice cara, es la
que tienen algunos. Si tuviera dignidad se marcharía, pero es muy bonito subir
al palco en la Feria.
A mis respetados Carlos
Pereda y Óscar Polo les recomendaría que piensen más en la afición y se olviden
de los taurinos, ya que éstos por definición siempre intentarán bajar el nivel
de los festejos y dar gato por liebre. El paso atrás de este año ha sido clamoroso. Y José Tomás no
es seguro para 2014.
La mejor información taurina en http://www.sevillatoro.com