22 mayo, 2011

Tomás y Cuvillo, adiós muy buenas

José Tomás y Núñez del Cuvillo se han divorciado. El torero ha anunciado que no matará ninguna corrida de este hierro. Según me cuenta el criador de toros, no está conforme con que en los carteles de Tomás haya dos espadas de menor entidad, porque piensa que sus toros no lucen lo debido. Se acuerdo de lo pasado en Sevilla con el primer toro de la tarde, al que Aparicio desperdició de forma lamentable. Naturalmente, Tomás ha creído que era una injerencia del ganadero en los carteles y le ha puesto el veto.

José Tomás vuelve y es libre de torear donde quiera, la ganadería que le guste y con los compañeros que le apetezca. También puede pedir el dinero que le venga en ganas. Tiene una fuerza descomunal y manda. Eso está muy bien. Pero Tomás debería recordar que, al margen de su indiscutido tirón, se debe a una afición, que quiere verlo en competencia con los mejores. Con todos los respetos, torear con Bautista, Vicente Barrera, Juan Mora y toreros similares es una tomadura de pelo. La gente quiere verlo con El Juli, Manzanares, Morante, Castella y Talavante, entre otros.
 

Algo más debe recordarse. Cuvillo está en la cumbre de  las ganaderías. Tenía este año varias corridas apartadas para Tomás. No tendrá problemas porque es la divisa más apetecida por los toreros. José Tomás se ha olvidado que el año pasado Cuvillo no llevó su corrida a Sevilla porque no la mataba José Tomás, que no llegó a un acuerdo con la empresa. Se la llevó a Málaga y perdió dinero. Los toreros son unos ingratos, como norma general. José Tomás debería explicar mejor si este veto a Cuvillo tiene otras causas, aunque con este torero ya se sabe que no hay explicaciones. De vez cuando conviene bajar a la tierra y hablar con la gente.
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20 mayo, 2011

Madrid, un pueblo más de España

La Feria de San Isidro está resultando triunfal. A la plaza de Madrid no la conoce ni la madre que la parió. Se lidian toros terciados y se conceden orejas propias de plazas de segunda con reparos. Dicho sea desde un prisma estrictamente taurino. Lo que pasa en Madrid es lo mismo que pasa a otros niveles, ya sean taurinos o simplemente sociales. Hay una notable pérdida de valores en nuestra sociedad. En lo taurino, la amenaza de la desaparición, plasmada en Cataluña, ha condicionado una relajación total y un  descenso notable de exigencias, como si al cortar muchas orejas la Fiesta fuera mejor, como si los triunfos fueras la única arma defensiva de una Fiesta en cuarentena y discutida.

Sevilla ha bajado el listón. Madrid lo ha machacado. En términos comparativos, la bajada de Madrid es más llamativa que la de Sevilla, a pesar del indulto. Los que rasgaron las vestiduras por el indulto, hacen la vista gorda con los toros chicos y anovillados de Madrid, y no se sabe qué es más grave si un indulto exagerado o muchos toros sin trapío y orejas a mansalva sin freno. Las plumas severas que nos dijeron que  indulto era una barbaridad ahora callan antes el permanente atropello de la idiosincrasia de Las Ventas.

Y ni una cosa ni otra. La plaza de Madrid está muy barata. Es verdad, pero hay algo incuestionable: el toreo se ha venido arriba con la actitud de valor, garra y torería de algunos toreros. Sevilla santificó a El Juli y Manzanares, Madrid los ha confirmado a ambos y le puesto la corona a Talavante. La Fiesta tiene toreros. Es verdad que los triunfos de hoy no hubieran sido posibles hace años, cierto, pero este San Isidro, tan facilón, está siendo una maravilla para lo que ahora nos interesa, que la Fiesta es algo grande y que hay héroes que se la juegan de verdad.

Madrid tiene dos nombres: Talavante y Manzanares. El primero ha roto con una emoción incontenible, Manzanares ya es el torero del año, el que todos quieren ver, porque lo tiene todo. Tiene una cuadrilla inmensa, es valiente, da pases enormes y mata como casi nadie en la historia. Qué maravilla. Madrid, tan de pueblo, está devolviendo la alegría al toreo. Algunos deben andar algo cabreados. 
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15 mayo, 2011

Alegrías y penas de un año decisivo

Nos hemos metido en la dinámica de la temporada y apenas tenemos tiempo para ver lo que pasa cada día. Los problemas de fondo de la Fiesta se han quedado aparcados. Ha pasado la Feria de Sevilla y estamos inmersos en San Isidro. Algunas conclusiones deben extraerse.
La asistencia a las plazas ha bajado. Sevilla lo ha notado, en Jerez ha sido descarado e incluso en Madrid no se pone el “no hay billetes”, aunque más del 80% de la plaza está abonada. Hay crisis, pero acudir a una plaza de toros es hoy mucho más caro que hace algunos años, admitiendo que todo sube, pero el costo de las entradas se ha disparado. Las empresas hacen sus cuentas y todavía deben salir si se conforman con más de media plaza en festejos de abono. Lo que sigue pareciendo urgente es la reconversión de muchos aspectos. Los costes de los festejos deben bajar. Y las empresas deben adecuar los precios a esa bajada.

En asuntos taurinos vivimos una decadencia de las exigencias, que no es más que el reflejo del menor conocimiento de los cánones que tiene los que acuden a las plazas. La corrida de toros es un espectáculo al que asisten muchas gentes que desconocen los fundamentos de la lidia. Son los que van a divertirse.  Los entendidos son un grupúsculo mínimo que no tiene ni voz ni voto. La autoridad no se resiste a las peticiones populares y cede en todo lo que quiera la masa. Eso conlleva una degradación del espectáculo. Algunos prensarán que esa misma degradación es el indulto de Sevilla, pero ya he explicado mi opinión sobre el indulto y no hay que meterlo en el mismo saco. Cuando hablo de degradación me refiero a que los toros no se pican por las artimañas de los picadores, que los toreros abusan de las triquiñuelas para encandilar a los públicos, que no hay quites, que no hay toreo de capa, que se canta lo mediocre como bueno, que las estocadas bajas tiene premio y cosas parecidas. 

En épocas de crisis se consiente una bajada de la calidad de los eventos con miras a mantener su popularidad. Es lo que está pasando. En el asunto de los indultos, en plazas de segunda y tercera se van a indultar este año multitud de toros. A final de año se harán las comparaciones con temporadas anteriores. El de Sevilla, bueno en sí mismo, ha abierto la puerta a indultos de tres al cuarto en plazas de pueblo.

Nos quedan cosas que ilusionan. El renacimiento del mejor Manzanares, la maestría lidiadora de El Juli, el arte profundo y único de Morante, la esperanza de Luque, la firmeza de Castella y Perera, la revelación de Fandiño, y la cuadrilla de Manzanares. Por sí mismo esa cuadrilla se ha convertido en parte de la corrida. Qué manera de picar, lidiar y banderillear a los toros. Es la parte bella e inmarchitable de la Fiesta.

Y por si faltara poco, en el tramo final del año volverá José Tomás. Lo hace en Valencia, que es plaza de primera. Es el aliciente definitivo, pero que no haya locuras, porque Tomás debe volver para torear con los buenos. Lo demás sería un espejismo. De ello haremos algún comentario en breve. 
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12 mayo, 2011

Dejando aparcado el indulto

Todavía colea el indulto de Sevilla. Ha ganado la impresión de que, aunque el toro no reunía todas las virtudes necesarias para ser completo, fue un toro de lo mejor que puede hoy lidiarse, lo que junto a una faena excelsa de Manzanares lograron convertir la Maestranza en un escenario mágico, en el cual la inmensa mayoría de los presentes estaban extasiados ante la maravillosa conjunción del toro y el torero. Esto es así. En la plaza había una aparente mayoría de personas partidarias del indulto. El presidente lo concedió acertadamente. Primero porque era un gran toro; segundo, porque si se niega se podría haber generado un conflicto en el coso, algo que no era conveniente.
Este indulto tiene otras connotaciones de oportunidad. Es un buen momento para el indulto en Sevilla. Igual que este año o el que viene sería bueno que tal cosa ocurriera en Madrid. Y seguro que pasará para que rasguen las vestiduras quienes piensan que ello supone la pérdida de prestigio de la plaza.

Pasado este indulto se avecina una oleada de nuevos perdones de vida para los toros. En multitud de plazas se van a forzar indultos. Y eso es algo que puede restar credibilidad al asunto. Si ahora se indulta un toro en cada feria, esto se convertirá en un pitorreo que será el hazmerreír de todos. Hoy mismo, en Jerez Fermín Bohórquez ha querido forzar el indulto de un toro de rejones, algo que no está contemplado en el Reglamento de Andalucía, que deja bien claro que ello solo de puede admitir en corridas de toros o novilladas picadas.

Quiero insistir en que el indulto ha suscitado muchas opiniones, algunas muy controvertidas. Ya dije que se ha pretendido minimizar la importancia del toro con frases como que se fue suelto del primer puyazo, que se banderilleó en el sol o que se quiso rajar el algún momento. Son verdades a medias. Y lo más desternillante es que se ha llegado a decir que fue un toro del montón. Alguno, pero eso ya es anecdótico, ha dicho que fue manso.

El balance de la Feria de Sevilla está hecho. Lo pueden leer en www.sevillatoro.com. Guste o no, esta Feria quedará ya para los restos marcada como la del indulto. Y ello me parece bien. La genial obra de Manzanares no se podría haber hecho sin un toro genial. Y ese toro, posiblemente sin llegar a ser perfecto, fue Arrojado. Por tanto, quede ya el indulto aparcado. Vamos a centrarnos en Jerez y, de reojo, en Madrid. Y quiero insistir en que la proliferación de indultos sería una mala noticia para el toreo. Ojalá hubiera un toro de indulto en todas las ferias. Lo de Sevilla fue un encuentro especial, mágico, irrepetible, que se saldó con el clamor para Manzanares y la vida para Arrojado. Tampoco hay que llorar porque se haya indultado un toro en Sevilla.
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01 mayo, 2011

Verdades y mentiras sobre el indulto

Como es normal, el indulto de Sevilla ha provocado una oleada de opiniones. Las hay de todo tipo. Hablan hasta los que vieron el festejo por la televisión. Es más, me parece que opinan algunos que no la han visto ni en diferido. He opinado que me parece que el toro no fue perfecto, pero que tuvo una infinidad de virtudes. Entre los defectos, la salida rápida del primer puyazo y un amago de rajada, que no acabó como tal porque volvió a la muleta en cuanto Manzanares se la puso de nuevo, ya en los finales de la faena de muleta.

Se ha dicho que no fue bravo en varas. Es falso. En la segunda entrada al caballo de Chocolate entra de largo y se queda en el caballo con fijeza hasta que se lo llevan las cuadrillas. Es verdad que en el primer puyazo, que marra Chocolate, el toro no se emplea lo suficiente. Se ha dicho que se banderilleó en el sol. Es verdad, pero es que allí se lo llevaron las cuadrillas. A Curro Javier le entró de forma sensacional sin dar un cabezazo, siempre por derecho y con bríos.
Yo entiendo que el indulto se proteste, pero lo que no me gusta es que se haga porque algunos quieran ponerse el traje de la rigurosidad o de la exigencia, porque creen que es de mejor aficionado ir contra este indulto que estar a favor del mismo. Al toro se le están buscando mínimos defectos para restarle puntos. Es normal que haya tanto librepensador que se rasgue las vestiduras por este indulto. Yo mismo no lo tengo muy claro, pero de lo que sí estoy seguro es que ese toro Arrojado proporcionó a la fiesta que un torero llamado Manzanares hiciera una de las faenas más enormes de los últimos tiempos, al tiempo que provocó un estado de alegría colectiva en una plaza que pidió su perdón. Es sorprendente que a toro pasado haya tantos detractores; en la plaza, la mayoría estaba impresionada con el toro y el torero.

Han salido los integristas y los fundamentalistas defensores de la pureza del coso, al que ya consideran profanado para los restos. Ese argumento es absolutamente una falacia. A los buenos aficionados no les debe ofuscar su entendimiento la posibilidad de cantar algo hermoso. Es como si hacerlo fuera contrario a su condición de entendidos. Hay muchos que sólo son felices haciendo crítica negativa o bien oponiéndose a todo por sistema. Admito que haya quienes no estén de acuerdo, admito que otros están muy conformes con lo sucedido. Lo que no entiendo es que cambie la realidad sobre la condición del toro para arrimar el ascua a la sardina de cada uno. Hablar de toro manso en varas es una monstruosidad que sólo puede salir de mentes retorcidas. La realidad del toro está ahí. Las imágenes existen. No hay datos objetivos que indiquen qué debe hacer un toro para ser indultado. La fiesta es un estado de ánimo.

Es probable que el indulto sea excesivo. En algunos blogs me incluyen entre los que está a favor de indulto, señal de que no saben leer.

Pocos toros permitirán hacer el toreo como lo hizo Arropado. Habría que abrir un debate sobre la bravura, porque si un toro que embiste setenta veces a una muleta, con prontitud, recorrido, humillación, temple y repetición no es bravo, entonces que me digan qué es la bravura. Ya sé que para algunos sólo es bravo el toro que se emplea de verdad en varas, aunque luego cace moscas en la muleta. En fin, el debate está abierto. Pero quiero recordar a muchos que el análisis debe hacerse bajo datos objetivos, no diciendo que el toro fue manso en varas y se banderilleó en el sol.

Sobre el prestigio de la Maestranza se puede abrir otro debate. De lo que estoy seguro es que este indulto tendrá consecuencias. Este año no habrá plaza provinciana que se quede sin su indulto correspondiente. Nadie quiere ser menos que Sevilla.
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Cuando esto se acabe

La frase más repetida, la que sale de lo más profundo de nuestros corazones es, “cuando esto se acabe”. ¿Cómo será ese día de la vu...