Hay un texto maravilloso escrito por el periodista deportivo
Roberto Palomar en ABC que se llama ‘La banalización de la información
deportiva’. Al leerlo me he sentido reflejado en el mismo, aunque
con la diferencia de que Palomar se dedica al deporte y yo me dedico a los
toros. Siempre que puedo, cuando estoy con desconocidos, trato de ocultar que
me dedico a la información taurina. Es algo instintivo. No es solo porque nunca se sabe quién es el
interlocutor que está delante, sino porque el conocimiento de mi dedicación provoca de forma sistemática extrañeza o
admiración. Se extrañan los detractores del toreo, que suelen cambiar de tema si son educados.
A otros les produce admiración que me dedique a los toros y aprovechan la ocasión.
Los que se admiran siempre hacen preguntas, o, mejor dicho,
dan sus opiniones. Y así es habitual que te lancen a la cara preguntas en las inquieren mi opinión sobre Morante o sobre José Tomás. Y si es así, el asunto
puede tener arreglo. Lo malo es que muchos de los que preguntan, antes de que
pueda contestar, ya están ellos respondiendo. Y aparecen en escena todos los
tópicos del mundo. Son los listos que aprovechan que pueden conversar con un
crítico para demostrar su sabiduría en el asunto. Te dicen que Morante es un artista, pero
es una pena que no tenga valor; o que José Tomás se deja coger por los toros
para alimentar el morbo y así una retahíla de lugares comunes que han escuchado
en algún momento.
A veces les he preguntado a estos sabihondos cuando fueron
por última vez a los toros y no se acuerdan, aunque siempre hace mucho tiempo
que no pisan un coso taurino. Y es el momento en el que llego a la conclusión,
como le pasa a Palomar, de que algo estamos haciendo mal si no somos capaces de
llevar al público la verdad actual de la información y la crítica taurina.
Nadie me comenta las buenas crónicas que se escriben o el trabajo serio y silencioso de quienes trabajan en
las redacciones de radios, periódicos o
revistas taurinas. Estos aficionados de verbena necesitan entrar en
contacto con la buena información taurina de nuestros días. Otro asunto de mayor envergadura sería si la crítica cumple con rigurosidad sus funciones de formar, informar y entretener. Si conocieran el trabajo de los críticos, seguro que dejarían de hacer preguntas capciosas solo para responderlas ellos mismos y
presumir cuando están delante de un tipo tan extraño que es crítico taurino en
los tiempos que corren.
La mejor información taurina en http://sevillatoro.es/
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