21 septiembre, 2009

Algunas figuras, cómplices en Las Vegas


Tres matadores españoles se han negado a formar parte del esperpento de Las Vegas, El Juli, El Fandi y Rivera Ordóñez. La plaza no se ha llenado. Todo hacía presumir que este experimento indignante se había acabado. Sin embargo, el conocido como Don Bull ha vuelto a salir a la palestra para comunicar que seguirá con sus organizaciones. Dice algo que puede resultar coherente: “La Fiesta en EEUU no puede ser igual que en España”.


El invento del empresario mexicano se acabaría si los toreros con un mínimo de dignidad se negaran a formar parte de su juego. Don Bull anuncia espectáculos porque nombres sonoros se han prestado a figurar en la cartelería. Si ninguno se hubiera dejado comprar por un montón de plata, esta pantomima sería impensable. Son culpables, por tanto, los actuantes, los matadores.

Pero no deben irse de rositas algunos medios que le han dado cancha a este señor, por ejemplo, portales taurinos que han aceptado publicidad. Si mañana llega un grupo antitaurino y paga, ¿también la aceptarían? Porque hay pocas diferencias entre esos espectáculos y lo que propugnan los antitaurinos. También se han lucido quienes le han dado luz verde en entrevistas al mexicano, que es libre de organizar lo que quiera, pero que no le llame corridas de toros. Y que quienes aman la Fiesta dejen de colaborar en esta degradación aberrante del toreo.

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