La Fiesta de los toros siempre ha sido un escaparate para
los políticos. Ha ocurrido siempre. La utilización de las corridas como púlpito
es una constante en la historia. En los tiempos que corren, con la era digital,
a los políticos les priva eso de aparecer en la foto del callejón, donde se
supone que presumen de afición, algo que no suele ser exacto porque lejos de la
corrida de la feria con más atractivo ya no aparecen por los callejones. Sería
fundamental limpiar los callejones de intrusos ajenos al festejo.
Lejos de las plazas, a los políticos se les ocurren ideas
peregrinas en torno a la Fiesta cuando están en sus despachos, un sitio que
debería ser el lugar para trabajar para todos pero que convierten en el
escenario donde se cuecen sus deseos de notoriedad. Todo esto viene a cuento
del borrador de un nuevo Reglamento Taurino para Navarra. La lectura del mismo
lleva a varias conclusiones, todas ellas preocupantes. La primera es que el
inspirador y ejecutor de este articulado es un ignorante en cuestiones
taurinas. Salvo el asunto de la seguridad, algo que siempre en recomendable, la
mayoría de los cambios propuestos atentan contra la pureza e integridad del
toreo. Lo hace no tanto por lo que obliga, sino porque deja grandes lagunas
abiertas que pueden dar motivo a situaciones que desvirtúan la realidad de las
corridas de toros. Incluso podrán afectar a los encierros de los
sanfermines.
El proyecto de nuevo Reglamento ha encendido a buena parta
de los aficionados navarros, aunque no tanto a los del resto de España, a
quienes observo con cierta pasividad ante lo que podría ser una puñalada grave
a la Fiesta. Aún queda tiempo para evitar este despropósito, pero la inquietud
es tal que no falta quien opina que si prospera es la puerta abierta para que
en otros ámbitos pueda suceder lo mismo. Y es que en la actual ola de políticos
populistas podemos esperar locuras desafortunadas.
Esperemos que haya cordura. Y también, como ya adelanté en
otro texto, que en otras comunidades donde están pensando hacer cambios se
imponga la sensatez. Cambiar para mejorar es la meta de todos. El cambio por
capricho para modificar la esencia de nuestra cultura taurina es una
aberración.
La mejor información taurina en http://sevillatoro.es/
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