Pasa la
temporada y observo que hay cierto desánimo entre algunos aficionados como si
no estuviera ocurriendo nada importante. Me refiero a los ruedos. Es como si la
tragedia de Iván Fandiño hubiera anestesiado a muchos. Y no es justo porque en
esta temporada sí están pasando cosas llamativas en los ruedos (dejo al margen
los asuntos políticos y las intrigas mentales de algunos). Es más, me atrevo a
advertir que hay algunos festejos que no deberían caer en el saco roto del
olvido. Al menos, en mi caso, he presenciado dos corridas en las que las figuras ya consagradas han
pisado con energía el acelerador para reafirmar su sitio.
Es el caso
de la actuación de Miguel Ángel Perera en las Colombinas de Huelva, donde
además de cortar cuatro orejas que valían para cualquier plaza del mundo,
escribió una página inolvidable porque reunió en sus dos faenas todas las
virtudes posibles: mando, temple, valor, buen gusto… Fue una tarde cumbre que
no debe pasar al montón de las anécdotas.
En la pasada Feria de Málaga se ha celebrado una corrida impresionante en la que Castella, Talavante y
Roca Rey han salido a defender su lugar privilegiado con uñas y dientes. Con
los toros de Victoriano del Rio, Castella firmó una tarde de máxima ambición
con el dato añadido de que su tauromaquia ha evolucionado de la verticalidad
extrema hacia una expresividad acentuada al abrir el compás. Talavante toreó de
ensueño a uno de sus toros. Roca Rey mató un sobrero grande y difícil de Benjumea
con un valor y unos recursos que eran la demostración evidente de que tanto el
joven peruano como sus compañeros habían acudido a La Malagueta a no dejar que
nadie les arrebate ni un gramo del peso que tienen en la Fiesta. Las figuras no
están dormidas, ni mucho menos.
La mejor información taurina en http://sevillatoro.es/
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