El 2 de
septiembre se celebró la edición LXI de la corrida Goyesca de Ronda. Quien no
conozca un día de Goyesca en Ronda no sabe lo que es una población volcada con
un acontecimiento. El pueblo se sabe protagonista de la fiesta y participa en
la calle como extras de una película porque entienden que son el fondo imprescindible
para que el espectáculo tenga su máximo contenido. He tenido la suerte de
asistir de forma continuada a todas las goyescas desde el año 1983 y proclamo que
es uno de esos días en los que te reconforta el detalle de ser aficionado a los
toros.
Este año se
ha retirado de los ruedos Francisco Rivera Ordóñez, ahora Paquirri en los
carteles. No se sabe, creo que ni él mismo, si es una retirada definitiva o si volverá
en el futuro. De momento es una retirada y bien merece una reflexión. Francisco
es uno de los toreros más vituperados por quienes se llaman aficionados. Es
evidente que quienes le minusvaloran lo hacen porque es un torero famoso con
proyección especial fuera de los ruedos por los conocidos avatares de su
familia. Pienso que ese factor mediático le ha ayudado en parte, pero también
le ha perjudicado. Paquirri ha sido prejuzgado casi siempre por su fama en los
medios. Muchos que presumen de aficionados le han ignorado de antemano.
En la
carrera taurina de Francisco hay una etapa ciertamente maravillosa. Son
aquellos primeros años después de su alternativa en Sevilla, cuando los
triunfos se sucedieron a golpe cantado. El caudal de sangre torera que corre
por sus venas se expresó de forma evidente en un matador con un estilo muy
clásico y con una casta heredada de su abuelo y su padre. En su larga carrera
ha habido momentos diversos. Ha logrado triunfos valiosos y también derivó
hacia cierto conformismo en otras ocasiones. Esta última vuelta la ha pagado
con una cornada tremenda en el año 2015 en la plaza de Huesca. Sus palabras
sobre cómo no debe retirarse un torero después de una cornada son un ejemplo de
su casta torera.
Desbordado
por su propia fama, abrumado por el interés que despiertan sus pasos y los de
su familia, Paquirri (o mejor Francisco Rivera Ordóñez) dice adiós. Me gustaría
que fuera definitivo. Por mi parte, quede constancia del mayor de los respetos
porque, aunque muchos se lo hayan negado, ha honrado a la profesión de sus
gloriosos antecesores.
La mejor información taurina en http://sevillatoro.es/
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